viernes, 2 de abril de 2010

Reacciones, impresiones y estabilidad

A veces se es solidario con gente que no lo aprecia. Hoy hemos ido de aperitivo para cambiar las rutinas habituales, pero a pesar de ello el inconformismo estaba presente. Nadie puede estar bien por complacer a alguien, pero por lo menos no olvidar a las personas que también están mal.

No temo a las personas impulsivas por serlo, ni pienso que me quieran menos por ser así, pero lo que es en mi caso, parece que alguien escribió una nota de aviso en mi perfil social para ser temida como "altamente incendiaria". Empiezo a estar un poco harta de que todos se miren el ombligo, de bromas malinterpretadas y conjuras de oscuros planes que desde luego yo no elaboro.

Por otra parte me alegra ver cómo las malas impresiones del pasado se diluyen con el tiempo, al menos, otros gozan del beneficio de la duda y la carencia de rencor. Supongo que un mundo estable es imposible en nuestro caso. Pero yo lo estoy logrando, y lo llevo logrando desde el 28 de febrero, ni un día menos.

Desde que empecé a trabajar enfoco mis días como "microvidas" y trato de ocuparlas lo mejor posible para sentirme satisfecha por si no hubiese opción a más. Los planes a largo plazo a la larga decepcionan, así que como mucho algo puntual y lo demás improvisado.

La gente de alrededor también tiene ilusiones más allá de su trabajo. Fantasías estrambóticas y aparentemente inverosímiles, capaces de ser cumplidas, dependiendo del empeño.

Si alguien me odiase me gustaría saberlo. No odio a nadie, así que todos deberíais saberlo. El odio y el amor son sentimientos que deberían ser comunicados hasta llegar a subsanar la cuestión.

A mí no me cuida nadie cuando estoy mal y a veces estando mal cuido de otros. No es algo que haga por ningún tipo de interés, pero sí algo de reconocimiento. Todos cometemos errores, no seamos tan hipócritas de no reconocerlos.

Pensando en el comentario de "tener un hijo es condenarlo a la muerte" yo más bien me preocupo por el "tener un hijo es condenarlo a la vida". Es todo lo que tenemos, lo más preciado, lo único pero... implica el sufrimiento natural al saber que ésta acabará, que todo es temporal, sumado al peso de los errores, decepciones, pérdidas... Pienso en los padres que ven a sus hijos morir y es duro pero, si le das la vida a un hijo y se suicida... debe ser como haberle hecho el mejor regalo que tenías y ver cómo renuncia a él. Este es un caso radical pero hay gente que practica la anti existencia con ciertos actos. Pensemos en lo difícil que es para unos padres contemplar como el ser que ha salido de ti mismo no valora su existencia, no siente ilusión ni felicidad, no sonríe...

Basta de anti existencia por favor, aunque sea por las personas que nos aman más de lo que lo hará nadie en el mundo.

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