lunes, 12 de abril de 2010

Delicadeza y orden

Actuar de la mejor forma posible, velar por el bienestar ajeno, elaborar tus acciones pensando en el impacto que pueden causar en la otra persona. Este silencio es producto de este trato favorable y soy consciente.

Tengo una dinámica diaria constante que me salva de días supuestamente vacíos como los de hace un año, sin perspectivas de cambio, sin trabajo, una carrera con la que no me llegaba a identificar... pero con lo más importante. Los cúmulos de circunstancias adversas se suelen producir, por lo general, de golpe. Se empieza a contemplar la situación desde la perspectiva pesimista y todo se tiñe del mismo color.

En un año he logrado la perspectiva correcta, pero no sirve, porque la teoría sin práctica es inútil. Soy consciente del valor de cada cosa, de las personas que me rodean, me rodeaban y me rodearon más allá de las circunstancias. Por eso digo lo del año de la conciencia. En realidad todos pueden serlo.

La cuestión es que he puesto en orden lo que antes no lo tenía, y da igual que sea tarde porque eso sólo depende de nosotros mismos. La justicia para todos queda bien en los discos de Metallica pero, lo que es prácticamente, corresponde a una utopía como un templo. Nadie se plantea su propia circunstancia con la objetividad suficiente y por tanto, siempre demandaremos una justicia para nosotros que igual no es lo suficientemente justa en relación a nosotros con el mundo.

Mi sufrimiento, por tanto, es una consecuencia de mis actos, errores y dudas, y no hay más. Seguir pidiéndole oportunidades a la vida es algo que puedo hacer pero que no tiene porqué suceder.

Me gustaría que mi vida fuese la peli que al final acaba bien y no el drama que parece ser siempre. La pelirroja protagonista por una vez podría ver al chico en medio de la gente y que se produjera esa parálisis de tiempo habitual con la música perfecta, con los típicos planos de las miradas hasta que los dos se juntan y a partir de ahí son felices porque se quieren y estan hartos de tener que pasar por la trama absurda que les ponen para que la narración tenga sentido.

En mi peli los amigos serían buenos, ayudarían a los protagonistas a reencontrarse o por lo menos no serían obstáculos inútiles.

Mi peli no necesitaría medios extraordinarios porque lo extraordinario es el amor...

Mañana empiezan las clases de nuevo. Comeré con mi mujercita pragmática y luego a trabajar.


Tengo el corazón demasiado roto y hoy me duele especialmente... he dormido todas las horas que me han sido posibles para poder dormir ahora, pero todas las que he estado despierta he llorado. Hay días que soy inconsolable y el teléfono nunca suena para mí.

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