miércoles, 27 de abril de 2011

2046 como 2004, 2007, 2009, 2010

"El amor es una cuestión de oportunidad, no sirve de nada conocer a la persona idónea demasiado pronto o demasiado tarde".
[2046 Wong Kar-Wai]

domingo, 24 de abril de 2011

Producto de vendavales subconscientes

No sé literalmente la cita porque no la apunté, pero Bukowski en Mujeres decía algo así como que no se puede caer en el error de pensar que nuestra propia vida debe causar la misma fascinación en los demás que crea en nosotros. Uno siempre está enajenado por su percepción. Hay que tratar de salir de esa embriaguez y presentar los mismos hechos con cierta pasión o desidia cómica, lo que sea, con tal de identificar a ese lector en algo. A fin de cuentas, todos hemos experimentado más o menos sentimientos comunes, si hablamos del dolor de una pérdida, el vacío, la tristeza, la soledad, la emoción, son sentimientos humanos. La atmósfera alrededor es lo que determina que la explicación de éstos resulte agradable, sincera, creíble.

Ayer ví Pollock, la película. Es posible que me viese un poco reflejada en algunos rasgos de Lee Krasner (triste). No soy tan habladora, tampoco me fascina el cubismo, ni el expresionismo abstracto, pero supongo que sería tan idiota de soportar un drama semejante, en la sombra. No sé quien fue esa mujer realmente, pero si hubiese sido como en el papel la consideraría una buena mujer.

A veces las personas no podemos ser convencionales. Divagamos o nos quedamos absortos... qué se yo. En otras, ni siquiera actuamos con sentido.

Estoy un poco cansada de tormentas, desearía vivir un momento apartada de todo, como hacen ellos, limitándome a ser felíz.

Tengo que apaciguar mis demonios, últimamente había sido fácil, es decir, bastante meses de tiempo no caótico. Pero en ocasiones despiertan, como pulsiones que estallan y arrasan conmigo. No siempre me siento así.

Muchas veces soy el exceso, y otras veces sobro. Yo misma me odiaría desde fuera cuando soy sólo un producto de vendavales subconscientes. Hay demasiadas cosas que me afectan actualmente. Sentirme responsable del desequilibrio ajeno es una losa que no puedo soportar.

Completamente a la deriva. Mañana no sé lo que puede pasar. La búsqueda de horizontes diluída. En el mar como ya dije, pensando en la manera de salvarme pero no moviéndome nada, hacia ninguna parte. Con el agua por todas partes, con frío a ratos, cansada. Supone una saturación enorme decidirme por un camino... miedo. Cierro los ojos y me acuesto para dejar de lado otro día más los mismos pensamientos. No es una angustia existencial, es una vida que da angustia. Cuando crees que el mundo es un lugar mejor, el mundo se convierte en un asco. Te dan ganas de vivir en una burbuja caliente e ingrávida, sin nadie, para siempre. En realidad no es más que nuestro propio dolor lo que nos aisla. Siempre he querido salvar lo que parecía insalvable, lo que no quería salvarse...

Me he comprado un reloj. Uno bueno. Espero que me vea envejecer igual que el otro me vió crecer. El anterior no está roto, sólo algo desgastado. Lo tenía desde que hice la comunión, desde los diez años. Dieciseis años en mi muñeca. Aún me sigue gustando. El nuevo es casi igual, lo he buscado a propósito. No me gusta cambiar las cosas que me gustan, no me importa que sea el mismo tantos años. Es mi reloj, es perfecto.

Sólo me gusta cambiar lo que no creo importante. La ropa, el pelo... tonterías que te describen parcialmente pero no sobreviven más allá. Pero la vida te obliga a cambiar, te obliga a base de dolor punzante, de noches en blanco y arcadas si se piensa en comer.


Es posible que necesite un trabajo, por lo menos hasta septiembre.

miércoles, 20 de abril de 2011

Voyeur

Esta mañana he encontrado en http://foto-poemas.blogspot.com/2009/09/miroslav-tichy.html este párrafo, que según indica es una cita de http://www.revistasebo.com, pero me parecía interesante destacarlo.

En una época en donde el arte llena insípidas galerías rellenas con café y amiguismos inescrupulosos con lengua de almíbar, bien vale la pena recordar a aquellos artistas que, alejados y ninguneados por diversos motivos de los fenómenos masivos o contemporáneos, no lograron la fama que quizás se merecieron en algún momento.


Se refería con ello a la figura de Miroslav Tichý, cuyo fallecimiento se produjo el día 12.

Era un vagabundo del Arte, un excluído social, un renegado, un voyeur. Básicamente encarnaba un oculto sentimiento que albergamos todos. Los seres contemplativos... Es bonito cuando contemplar y crear se dan la mano y surge algo que dura lo justo para hacer felíz a otros. Algo que a pesar del tiempo nos guste volver a mirar sin pensar en su imperfección.

Creo que toda soledad se traduce en cierta manera en acumulación, ya sea de imágenes o de objetos. Es posible que creamos que poseyendo ciertos bienes materiales podemos paliar ese sentimiento de angustia por la ausencia de posesiones emocionales. Ya se sabe que jamás nadie posee a otra persona, pero sí que en algún sentido se puede sentir interiormente tuya. Las fotos y los objetos no te las puede quitar nadie, a menos que entren en tu casa a desvalijarte. A muchos ancianos le da seguridad tener "ahí" consigo, todas "sus" cosas, ancianos y no tan ancianos... Así que a los solitarios no les hables de comunismo ni de ausencia de propiedad... Hay cosas que irremediablemente no pueden ser de todos. ¿Y cómo alguien va a querer compartir si por dentro tiene una "carencia"? Pues muy fácil, se empieza compartiendo para lograr solventarla. Es un camino para sentirse completo.

Pero hay solitarios que se jactan de ello. No están dispuestos a recuperar un atisbo de la inocencia que les robó el mundo, así que simplemente lo externo a ellos es hostil. Nada allá afuera los hará mejores de lo que ellos puedan hacerse, no pueden permitirse depender de nadie. Su poder, la fuerza de su espíritu se radicaliza en la libertad de sus actos, que no derivan de ninguna influencia más que de su propia voluntad. No es un objetivo compartir nada con aquellos que los contemplan, a lo sumo sería un privilegio dejar que los demás mirasen.

La fotografía es fascinante, es increíble que un objeto pueda captar lo que percibe nuestro cuerpo, lo que se genera en una mente, algo tan subjetivo... En realidad es una prueba de que no todo es mentira, que las dudas existenciales de San Agustín de Hipona no tenían razón de ser, que nuestros sentidos no nos engañan, que estamos aquí. Aunque bueno... el sueño de nuestra vida, felíz o triste, se acabará igual que acaban todos, y dará igual que todo sea falso que verdadero, o que hayamos pasado la "vida" en Matrix... Se acabará y ya está.

En 2008 escribí un cuento de apenas un par de líneas: "Y Dios salió corriendo,olvidando las llaves del cielo. Al volver,llamó insistente,pero nadie le abrió. Desde entonces vaga entre mendigos relatando su vieja historia".

Seguramente con el mundo que tenemos podría ser posible. Cualquiera que se lo cruzase en el cielo le cerraría las puertas a drede incluso, o lo empujaría de cualquier manera para robarle. Al volver nadie le creería, como es lógico, y no sería más que otro viejo loco y pobre. Cuando se sintiera traicionado, decepcionado por un mundo que él mismo creó y que así lo trata, que él mismo salvó y llevó a los cielos, y que a pesar de ello lo dejaron a merced de la pobreza... cuando toda la bondad de su ser realmente se agotase no creo ni que se esforzase ya por contar a nadie nada. Es posible que como el señor Tichý se fabricase una cámara y viviese en paz con sus renegados hermanos, hijos o lo que corresponda.

Y que conste, no soy católica.

lunes, 18 de abril de 2011

Cuando alguien te gusta

Cuando alguien te gusta y aparece suele encogerse levemente tu estómago. Si la opción de besarle es posible (porque sabes que no se va a apartar ni nada parecido), nadie suele desperdiciarla. Se puede pasear largo tiempo y también compartir el silencio, pero si te sientas frente a esa persona en un banco las opciones se multiplican. Normalmente uno se deleita en contemplar sus ojos y tomar buena nota de sus gestos y sus palabras. Y cuando las palabras ya están de más suele producirse un acercamiento. Lo único que se desea es estrechar su cuerpo junto al tuyo, oler su pelo, besar su cuello, sentir su temperatura. Acariciar su nuca, su cara... hasta besarla, volverla a besar, y seguir mirándola para captar cualquier detalle que en la soledad de tu habitación no puedas hacer tuyo.

Es bonito pensar que la persona que te gusta pueda actuar así porque tú también le gustas. Puedes esperar mucho tiempo... Desear que los días puedan ser así porque sí...

Era bueno pensar que estaba en la trayectoria correcta, construyendo algo.

Ahora me siento en un banco a escuchar, a mirar y a sonreir. Camino y converso, sonrío y pienso. Me vuelvo a mi habitación y escribo. Y ya está. Sin causas, sin consecuencias. Como amigos normales que salen un rato a pasear.

No se puede obligar a nadie a hacer algo que no quiera hacer. También es normal que yo pierda el interés por hacerlo...


Mi bonsai se está muriendo, es bastante alegórico. Pero podría vivir... Yo estoy intentando de todas las maneras que no se muera, pero no sé qué más hacer. No es fácil tratar con seres que no hablan de cómo sienten.

Pero bueno, a ver qué pasa. Igual la semana santa este año es milagrosa.

jueves, 14 de abril de 2011

Lápiz y cerebro

Mi profesora de Idea, concepto y proceso nos decía que se puede hacer Arte con un lápiz, que el artista moderno debía poner su maquinaria inventiva a punto para superar sus limitaciones materiales, ya fuese gracias al ingenio, la técnica o la combinación de ambas. La herramienta, el soporte o el medio no tiene porqué ser limitante si uno es capáz de trascender a él. No siempre se tiene una cámara de vídeo de alta definición, unos óleos profesionales, los mejores lienzos, los mejores soportes, el mejor ordenador, la cámara fotográfica más cara, el equipo más novedoso... pero se tienen manos, se tienen ideas.

Es como una bocanada de aire fresco salir del entorno habitual y conversar con creadores menos academicistas. Son pocos los que tienen en su poder un máster en erudición o han estudiado durante décadas la Historia del Arte al dedillo. Sin embargo, es bastante la gente que trabaja en fines más implicados con el presente: animación, modelado 3D, edición de vídeo, fotografía, diseño, maquetación... sin excluir, por supuesto, las disciplinas tradicionales (pero ahora me apetece resaltar este tipo de ámbitos).

Mi amigo artista es un gran creador visual. Siempre ha desarrollado una obra intimista, emotiva, delicada, que realza los pequeños detalles y los engrandece dotándolos de belleza desconocida, rara, poderosa. Extrae una magia evocadora que nos sumerge en atmósferas algo 'retro', con protagonistas que destilan una timidez muy cercana a su persona (o así lo pienso). Sinceramente reflejan su carácter, sus inquietudes, sus posibles inseguridades... No necesita un virtuosismo a la hora de retratar a alguien en carboncillo, ni necesita ser capáz de hacer una pintura hiperrealista. Se defiende en ambas con suficiente holgura y destaca en el ámbito que realmente le interesa.

Es de mis mejores amigos, de los pocos que jamás me han fallado. Me ha enseñado muchas cosas y juntos hemos compartido momentos muy divertidos que hoy forman parte de nuestra historia. Creo que los dos crecimos en un ambiente que no siempre nos resultó acogedor, pero nuestra unión no se debilitó demasiado por ello.

Estoy bastante orgullosa de él. Ha logrado sorprenderme. Así que sólo le deseo lo mejor, porque siempre hay algo mejor a la vuelta de la esquina, o en algún otro país de nuestra vieja Europa.

No importa tener una especialidad o no tenerla. Él la suya la encontró en el mismo camino que recorrimos los demás, seguro que la mía acabará apareciendo.

A mí me interesa el mundo, y si algo me enloquece son las personas. La vida de verdad es todo esto, si le quitas demasiado tiempo, no te queda nada. Para otros será el Arte y todo lo demás será lo que le quite tiempo a eso...

Creo que se vive primero y se crea después, igual que se inspira y se expira. Uno se siente bien en el proceso, se da a él, se desarrolla en él, pero jamás se priva del origen.

Igual es mejor explotar más tarde. Mi ensayo y error no se escribe en ningún papel.

También sé algunas cosas que otros no saben... y eso sí que son tesoros silenciosos. Y no hago ostentación ni me maravillo por ellos, son detalles que se muestran conociéndome un poco.

Hoy hemos entrado a tres exposiciones diferentes, no hemos durado mucho en ninguna... Hemos comprado un monitor para mi ordenador, así no me dejaré la vista en el otro. Es enorme, no estoy demasiado acostumbrada. Es el segundo monitor que compramos juntos, espero que me salga tan bueno como el anterior.

Tengo tres libros nuevos, y es posible que compre otros dos. Se me acumula la lectura.

Sé que debo ampliar mi vocabulario y que suelo manejarme con los mismos términos casi siempre, pero no quiero resultar muy pesada; ni pedante ni repelente.

Miremos donde miremos siempre habrá alguien mejor... no importa lo buenos que seamos. Alguien llegó antes seguro. Así que lo mejor que podemos hacer es ser nosotros mismos porque en eso no hay nadie que nos adelante.

lunes, 11 de abril de 2011

Adiós... ricas palomitas

Me he levantado de la siesta con ojos de cerdita (es mi típica reacción alérgica, se me inflaman ambos lados de la naríz a la altura de los ojos, me hace parecer un lechón). Alérgica al maíz, deduzco, por los condimentos de la ensalada que he comido, y cierto malestar que venía observando a raíz de comer palomitas. Mi hermano casi se muere por dicha alergia, ahora es mi turno, en grado leve por suerte.

Sumamos otra cosita a la lista de alimentos prohibidos. En realidad me pasa por quejarme tanto, siempre se puede estar peor.

Sólo quiero algo cálido, que sea de verdad... me da tanta pereza enfadarme, estar triste o sentirme defraudada...

Leer, polaramine y hasta mañana.

domingo, 10 de abril de 2011

Consideraciones, repercusiones y depresiones

Si empecé la mano de repente fue para demostrarme que no necesito la aprobación de nadie para hacer cosas, que mi parálisis es psicosomática, que con que crea que soy suficientemente buena puedo hacer lo que quiera (y más aún), y que puedo hacerlo al margen de cualquier opinión, cualquier afecto o cualquier consideración externa.

Sí, me siento mal. Me siento peor que cuando estaba enfadada. Vuelvo a predicar en el desierto, y no quiero tratar de cambiar a nadie.

Mi profesor de Historia del Arte me dijo un día en medio de clase que si tuviese que encarnar un movimiento yo sería el barroco. Y sí, no se equivocaba. No soy muy distinta. No es mis estilo favorito, pero acabo siendo eso. Me gustan las pasiones exaltadas y combinar mis recursos de modo que logren un conjunto ordenado y aún así derrochen estilo. Lo creo difícil, me gusta que suceda. Creo que no todo el mundo es capáz de asociar correctamente elementos en apariencia comunes (porque subestima la estética) y eso tiene mérito. Es la razón de que me rodee de gente que sabe simplificar con más soltura que yo, porque puedo verlo todo importante, y 'todo' no siempre lo es.

Basta de bromas. Si no inspiro la mínima fascinación es que algo falla, es evidente. También es evidente que sentir las cosas y no expresarlas se manifiesta de la misma forma que cuando no se sienten. Es difícil no llorar si se hace una lista.

Es primavera y podría estar bañándome en flores y felicidad a ojos de cualquiera. Los únicos pensamientos que serían lógicos que recorriesen mi mente deberían ser aquellos que lograran que sonriese mientras camino en dirección al centro, cuando me pongo a leer o hago cualquier otra cosa. Y no. Suelo estar pensando que será lo siguiente, o el porqué de algo ya mencionado, y si es que realmente lo hago tan mal. No se me ocurre nada mejor... y ahora ni siquiera me apetece esforzarme por hacer nada mejor. Pero no voy a emprender un círculo de apatía sentimental, con la laboral tengo bastante. Mis cartas están sobre la mesa, creo que se nota. Además, la realidad siempre te estalla en la cara tarde o temprano.

Así que no voy a ponerme un crono para ver cuanto tardo en modelar, y demostrar si soy o no "tan buena como...". Me jode, y no hay medida en el mundo posible para describir en qué cantidad, el ponerme a hacer ¡una sóla cosa! y escuchar tan pronto ese tipo de comentarios. Eso no puede favorecerme de ninguna manera. Eso no es modo de quererme de ninguna forma, ni de velar por mi bienestar ni motivarme, ni tan siquiera denota cierto respeto. Eso es precisamente lo que hace que me hunda días y luego me canse y haga cualquier otra tontería siguiendo la razón que encabeza esta entrada.

Sería mucho más fácil decirme que soy muy estúpida precisamente por tener en cuenta todo lo que logra hacerme daño y me lo acaba haciendo y no logrando la manera de subsanarlo o mejorarlo (si eso es posible).

No me apetece hablar más, da igual todo lo que diga. Seguro que Carmen Electra lo hacía mejor que yo, o Natalie Portman o a saber, o por lo menos escucharía más halagos en relación a ellas, por supuesto. La mayoría del tiempo no existo.

Pero no aspiro a ser un objeto bonito y menos a partir de ahora que comienzo a envejecer, así que mejor me acuesto un rato y me ahorro pensar la mejor manera de perder el tiempo también esta semana.

jueves, 7 de abril de 2011

Simplemente: jueves

Debería escribir todos los días, aunque a veces sea basura.

Hoy he llevado conmigo un folio, por si acaso me apetecía poner algo, lo suelo echar de menos cuando no lo llevo. No lo he usado. Se ha quedado escrito lo que puse antes de salir de mi casa.

Esto es lo único productivo que he hecho desde marzo de 2010, sin contar lo que ha sido el trabajo en la librería. Realmente ha tenido sentido. Ahora mismo valoro más un libro que un vestido, hace más tiempo no tanto. También es que haber estado tan saturada de ese mundo por la accesibilidad a él ha sido destructor a la hora de darle el valor que realmente tiene. A excepción de la inquietud innata o adquirida, hay mucha gente a la que le cuesta bastante leer. Mis padres nunca me han recomendado ningún libro. Cuando estaba en el colegio leía los recomendados y alguna que otra lectura juvenil típica, pero no tenía ningún patrón motivacional para seguir un tipo de genero concreto. Mi amiga independiente me recomendaba títulos, siempre lo ha hecho, libros que me gustaron mucho, que llegaron a ser muy importantes para mí. Luego llegó Caty, mi profesora de literatura universal en bachillerato, y realmente hizo que viera lo maravilloso de ese mundo al que prestaba una atención demasiado moderada. Llegué a admirarla muchísimo por todos los libros que había leído, los autores que conocía, que le fascinaban. Ella hablaba con pasión, con el júbilo de alguien que despierta a la primavera, como si un libro pudiera sacudirte el alma como un huracán. Envidiaba muchísimo todo eso (la envidia más sana, eso sí), pensaba que jamás podría leer tantos libros como ella, que me sacaba demasiada ventaja porque yo ya empezaba tarde. Pero no tenía razón. Nunca fue tarde para eso, ni lo es ahora. Ahora pienso en ella con su metro cuarenta, su vocecilla, su espíritu jóven a pesar de tener unos sesenta años o más, su marido altísimo, su riqueza léxica, su maravilloso mundo interior y en parte sigo queriendo lograr un poco de eso, de esas miles de historias que construyen la tuya y hacen que sea bastante más interesante de lo que pueda ser de por sí.

Me estanqué un tiempo. Suele pasarme cuando nadie me anima a hacer cosas. Pero bueno, tuve algunos meses de ligero entusiasmo y leí algunas obras en los veranos.

La verdad es que no debería dejarlo si quiero llegar a leer todos los libros que tengo pendientes, ni siquiera con la excusa del desencanto.

Me gusta la gente con opinión propia, que expresa abiertamente si le gusta algo o no con respeto por los que no piensan lo mismo. Ayer hablé con alguien así y me habló también de qué estaba leyendo.

Tengo suerte de conocer a personas así. No tengo porqué alejarme de nada por nadie.

En algunos momentos siento que no pertenezco a ninguna parte, que nunca seré un elemento propio de un todo sino más bien algo que encaja de forma momentánea y si se va no pasa nada porque todo sigue funcionando. Alguien que tampoco sabe muy bien el proceso a seguir porque llega un pelín tarde con respecto a los demás o simplemente no tiene la antigüedad suficiente. Es más o menos como mi papel en la librería, ahora ya extinto.

También puede ser la percepción que tengo por mis últimos proyectos: Publicidad, la cual no continué, Diseño, donde tampoco continué, el trabajo, otras cosas...

He ido dejando atrás gente con la que incluso he perdido el contacto por mala gestión de mi tiempo, como siempre. Me duele, y me da pena, y cierta rabia conmigo misma, porque muchas veces pienso en ellos y ellas y seguramente pensarán que me daban igual, pero no es así. Suelo centrarme en la gente habitual, y también trabajar te quita tiempo y te desgasta, y no sólo el cuerpo, también el ánimo. A veces sólo quería estar en mi casa...

Pienso sobre todo en mis dos amigas de periodismo, sus amigos, mi amigo de la carrera, los amigos de mis ex amigas, los amigos que hicimos saliendo juntas, los amigos de los bares, los amigos de la escuela... y seguramente algunos otros amigos, que posiblemente sean más conocidos que otra cosa pero me gusta llamarlos así...

A fin de cuentas da igual. Tampoco a mí me llama nadie. Si quiero saltar a la comba, sola no puedo, si quiero jugar a entrar saltando o saltar con dos cuerdas a la vez... se necesita por lo menos otra persona.

Esta mañana me han despertado a gritos. He podido dormir sólo cuatro horas, porque me acosté a las tres y media leyendo, es decir, eran las siete y media de la mañana y habían gritos ya. Hay algunos problemas laborales por ahí que van rompiendo nuestra calma.

Aún así no me ha sentado bien. He esperado a que se fueran mis padres, me he vestido, me he puesto una gorra porque no me apetecía lavarme el pelo y he ido a andar un rato. He sacado dinero en el cajero y he llegado hasta Vistabella. He recorrido el mercado, he comprado un par de cajas de tinte que estaban a mitad de precio y he vuelto.

Aquí estoy, no hay mucho más. Con ganas de seguir leyendo a Bukowski. El libro de un sólo día fue La senda del perdedor (bastante bueno), después leí Factotum (que no recomiendo especialmente) y ahora estoy con Mujeres (me está gustando). Supongo que para ser idealista y un poco romántica he leído a bastantes existencialistas, y he conocido a otros cuantos. En algunas cosas son mis favoritos y me enseñan a no ser completamente gilipollas a base de reveses a mis creencias. En realidad el mundo suele ser como dicen ellos, aunque yo me esfuerce en no querer creerlo.

Hoy de vuelta a casa pensaba sinceramente que nada tenía sentido. Que podría coger mis tristes tres mil euros y alquilarme un piso en París o en Londres, y respirar aire libre de gritos, y sentir alas saliendo de mi espalda, pero daría igual. No duraría. Porque el problema real nunca es el sitio, son las personas.

Hace un par de veranos estuve mirando en serio los alquileres en París... pero no sé francés, y necesitaría un trabajo o se me acabaría todo.

Madrid sigue estando ahí, a las malas siempre puedo hacer una locura (que posiblemente no haré).

Suspirar suspirar... se que puedo hacer cosas pero no tengo ganas. Es honesto: no me apetece. Me apetece mucho más estar aquí divagando, sintiendo que articulo mucho mejor mis pensamientos en una frase que en un cuadro o una escultura.

Empecé el martes una mano en barro y estaba bastante contenta porque le veía algo de mí, pero no sé cómo seguir, no sé a qué adherirla ni con qué pretexto. Así que no voy a continuarla hasta que no lo sepa. No sirve de nada perfeccionar algo que es sólo una parte difusa de un enigma.

Supongo que se acabará secando y estropeando por no ponerme en serio a pensar qué hacer con ella.

Sólo tengo escrito un relato corto, es más bien un fragmento y seguro que si lo reviso es bastante mejorable. El protagonista es un chico, supongo que si escribiese me gustaría serlo: un chico. Y a través de él me gustaría poder dar la visión que creo que tendría y la visión que tendría cualquier chica que se enfrentase a situaciones que implicasen contacto con él, y en parte creo que trataría de humanizarlo a pesar de ser completamente distinto a lo que soy yo, pero sí que nos pareceríamos en ciertos valores y algunos rasgos que seguramente pondría para reirme un poco secretamente.

La verdad es que los chicos son maravillosos, nunca podrían dejar de gustarme, por mucho que logren que llore. Son la alegría en la simpleza porque sí, no necesitan razones.

Los niños también me gustan, sobre todo los que se creen muy listos y te intentan vacilar o los que no saben hablar aún y sólo te miran con ojos enormes.


Voy a acostarme, creo que la falta de sueño está aplacando del todo mi ánimo y quiero aprovechar la tarde. No sé para qué, pero no quiero estar cansada todo el día.

Por cierto, lo que apunté en el folio donde no escribí nada pero sí antes de salir era: "No hay mucho más... imaginar lo que nunca seremos. Genocida emocional".

sábado, 2 de abril de 2011

Es posible...

Todos implicamos riesgo para otros y viceversa. Nadie conoce el camino hasta que lo recorre, y aún así, podemos desenvolvernos de una manera u otra según el momento, la persona o el lugar. Tampoco tenemos porqué tomarnos en serio las mismas cosas.

Yo no poseo ninguna respuesta, pero si empiezo algo es porque tengo cierta esperanza de que 'eso' logre alcanzar ciertas expectativas. El potencial de cada uno es variable, y la intuición puede fallar. Ningún tiempo se pierde si se está creciendo en algo. Nunca seremos los mismos que seremos mañana, eso basta a veces.

Soy frágil en bastantes aspectos y tengo algunas ilusiones hermosas. He renunciado ya a muchas como para perderlas todas; no importa lo tonta que parezca para ninguna persona.

Creo que un batido sabe más rico si se comparte, que un viaje es más divertido si se comparte, que un piso es más alegre si se comparte, que una vida es más felíz si se comparte, y me siento mejor persona cuando comparto, me siento mucho más yo que nunca, y siento que bastantes cosas he tenido que vivir sola como para querer hacer otras tantas igual.

Habrá gente que tenga un millón de amigos, parejas igualmente estables o sólidas o familiares con los que contar para todo. No siempre ha sido mi caso, casi que rara vez.

Aún así yo deseo una vida tranquila, que lo que debe ser estable lo sea y lo que no pase igual que vino.

Sólo suelo ser egoísta con mi tiempo para una persona, respecto de todas las otras. El resto de mis motivaciones son variables en función de las circunstancias, aunque quiero viajar mucho.


No me estoy empleando a fondo en nada, pero el día que lo haga y me ponga al cien por cien puede ser "mucho". No me ha ido demasiado bien con ese "tanto", así que mejor ir paso a paso en función de las respuestas.


Sinceramente pienso que todos podemos llegar hasta donde queramos, es cuestión de querer hacerlo, de ponerle entrega, y sobre todo honestidad. Ser sincero con uno mismo suele ser lo más difícil, lo que más nos asusta, pero si llegamos a serlo entonces lo tenemos todo.

Todavía no tengo muy claros todos mis propósitos. Me gustaría un buen final.