miércoles, 20 de enero de 2021

Soaked in sadness

Hay demasiadas cosas agolpadas en un escaso periodo de tiempo y cada bomba que estalla está a la altura de las sensaciones extraordinarias. Y supongo que ése es el precio de la inmensidad, de lo intenso. Y te vas dejando desbordar, tratando de improvisar el movimiento más lógico. Pero yo no tengo el poder ni las respuestas, sólo la voluntad.

Posiblemente lo que estoy escribiendo ni siquiera se entienda, pero tampoco me importa. Sólo quería hablar del peso sobre los hombros, de las cargas autoimpuestas, de la tristeza amenazante, de lo que un día se rompió y no se consiguió arreglar después. Y sé mucho de todo, y encontré mi manera de crear una compensación, de crecer dejando atrás lo malo. Pero otro enero estoy aquí, sentada mirando una situación parecida, y veo el sufrimiento delante de mi, en esos preciosos ojos tristes. Y sigo en la anestesia de pensar que no es posible que muera de cáncer, que la vida no se acabará por esto, y me olvido de mi propio yo. Pero sé que la montaña es mucho más grande que mis cansadas manos, que mi espíritu no puede soportar "otra voz" más. 

No puedo ser healer si jugamos con trampas, ese enemigo está fuera de todo alcance, porque eres tú. Y siento que no tengo mayores fuerzas que seguir siendo fiel a mí misma, y mantener mis miedos a raya. 

Demasiado roto, roto en lo cotidiano, en los días que no se olvidan...

Sólo podemos empezar de nuevo hoy.