miércoles, 25 de abril de 2012

Párrafos sin importancia

Lo bueno de esto es que no busca reconocimiento. Lo lees o no te importa, y eso basta. El llegué por casualidad...

Me siento aún peor que ayer, también físicamente, pero tengo que avanzar. Y alejarme de la red es la mejor de mis opciones. Pero aquí estoy, porque cuando no estoy demasiado bien me queda esto, y puedo gritar incorregible lo que me molesta y me hace daño, aunque ahora permanezca silenciosa y me sacie con algunos párrafos sin importancia.

No voy a ir a clase.

Chistes: el maldito plan B

Blogger se moderniza y mi ánimo aterriza. No pensaba empezar con una rima tan poco elaborada, ni con un tema tan insustancial, pero tampoco esperaba vivir esta vida y la estoy viviendo. Sí, es el inevitable plan B de una existencia que aspiraba a seguir el A. Quizá casi por arte de magia. Y aquí estamos, lo de hundidos en la miseria es literal a fin de cuentas, no sólo emocional. Y cada día es un esfuerzo por salir de la angustia y tratar de convencernos de que esto va a llevar a algo mejor, pero la situación no es demasiado esperanzadora.

Presión y más presión... Cuando tengo un buen día y me pongo a hacer cosas por fín, de repente alguien consigue dispararme y acertar, derribándome. Y volvemos al mañana será mejor y el todo saldrá bien.

Desconfío de la gente que sólo huye, o rehúye, que ni construye ni deja construir, que avasalla, que me está quitando la vida en dosis, que me está matando, o me mato sola...

Hoy no tiene arreglo, por muchas sonrisas que me pidan. Podemos seguir viviendo en la mascarada pero sabemos lo que hay. Tengo angustia y vértigo, y siento desamparo a pesar de estar en casa y me pregunto por qué no nací en otra parte.

Lo más sensato sería asumir de una vez por todas que estoy sola y no esperar que nadie me comprenda o piense semejante a mi, aunque quiera pensar que eso existe.

Aquí no se puede ser felíz.

viernes, 13 de abril de 2012

Social media

En una era en la que lo privado se hace público por voluntad propia, creo que conviene proteger la intimidad.

No sé si llamarlo fetichismo, narcisismo, egocentrismo, exhibicionismo, todo a la vez o nada de eso, pero ¿nadie analiza que un extraño podría tener tu evolución vital en años compilada en su pc?, ¿que ese material le otorga un margen de acción y conocimiento?. Me preocupa, sobre todo por el uso que no hago yo y hacen otros de mis imágenes. Hay una banalización en la fotoexposición, un yo imperante que se reivindica entre la multitud convirtiéndose con ello en la misma masa que actua con clónicos patrones. Queremos ser individuos y somos masa, queremos ser mejores y somos exactamente iguales. ¿Dónde está el carácter crítico que va a sacarnos de esto?.

Creo que quiero desligarme cada vez más de ciertas modas, tendencias, novedades o lo que sea que deba usar para estar a la última. Ahora es instagram, otro día será 'pepito'. Me cansa...

Frenético, todo es frenético y el diseño se presta a servir a ello, a servir a gente que sigue a otros, otros que se lucran, olvidando los que padecen, y yo padezco pena inmersa en este mundo al que un día quise mejorar con el Arte para darme cuenta más tarde de que sólo es una herramienta más al servicio del poder. Y creo que detesto el control, que casi tres décadas de control han sido suficientes, que no quiero estar alienada nunca más, ni debilitada. Y hablo desde la apatía y la frustración, desde la parálisis y la demagogia, pues no puedo hacer gran cosa, y consumo redes sociales como todos para seguir en la utopía y la ingenuidad de que igual publicando algo alguien lee por casualidad y se replantea algún aspecto que le haga analizar esto mismo.

Sólo podemos salvarnos nosotros mismos, si acaso alguien te presta su ayuda aprovéchala, aprovecha el tiempo que te ceda y trata de hacer algo grande, lo más importante que puedas. Y sigo diciéndomelo a mí misma.

jueves, 12 de abril de 2012

Versos que construyen lágrimas / lágrimas que construyen versos

Al margen de que cada persona tenga cualidades para tareas diversas y ámbitos distintos, siempre he creído que hay dos tipos de personas: las que son capaces de hacer realidad las ideas que están en su cabeza y las que tienen que copiar o reelaborar las ideas que tuvo otro y supo hacer realidad. Supongo que la traducción es que hay personas que podemos dibujar un caballo sin estar mirando la foto de un caballo ni copiando el caballo que hizo otro. Igual nuestro caballo no es perfecto, pero a cualquiera que se lo enseñes te dirá que es un caballo. Partimos de un concepto, claro está, todo el mundo tiene un inventario previo, que engloba referencias visuales de su cultura u otras, pero aún así, o se puede expresar o no se puede.

Me pareció una pena ver a Marta Nael en el salón del manga de Alicante firmando ejemplares y dibujando mientras tenía que copiar todo el rato sus propias ilustraciones. Es perceptible el que trabaja basándose en fotografías, pero digamos que el estar ahí, copiando como una alumna en vez de elaborar un dibujo libre, propio de lo que ella misma puede hacer, en ese momento, no sé... Ahora su trabajo me resulta menos atractivo, aunque sea igualmente lícito. Pero no dibujaba una chica pensando en una chica, dibujaba la chica que tenía delante, se copiaba a sí misma.

En fin... no se necesita ir a Australia para escribir sobre Australia. Un buen escritor debería poder recorrer el mundo entero con su mente, documentarse para parecer creíble y aportar pasión a esos recorridos imaginarios. Carlos F. Heredero no conocía nada de Wong Kar-Wai y escribió un libro monográfico sobre su obra, de referencia para aquellos que deseamos escribir algo en relación al tema con bibliografía castellana.

Tengo un proyecto literario en mente desde el verano pasado y consiste un poco en eso, la ficción autobiográfica. Aunque en realidad quiero jugar con la forma convirtiéndome por capítulos en muchos autores que me gustan, pero sin dejar de ser yo, de añadir pinceladas reales.

Tú que me estás leyendo no sabes si estoy en China o en Japón. Ahora puedo estar en una barca de dimensiones limitadas. La figura de delante es un hombre en contraluz que nos acompaña desde que dejamos la orilla este. Si acerco la mano un poco más puedo tocar el agua. Atravieso el río Nilo, como me recomendó mi profesor de griego cuando tenía 16 años. Las experiencia es aún más sobrecogedora de lo que él anticipaba. La neblina se posa sobre la superficie. El tono, la humedad, puede envolverte en esta mentira que estás leyendo, ¿qué más da?, tú sólo quieres leer, yo sólo quiero escribir. Tengo 27 años y medio, puedo ser Durás y narrarte cómo me siento en esta habitación. Puedo ser Bukowski y patear camden, y decirte todos los locos que me encuentro y las ganas que tengo de echar un buen trago. O tal vez Nabokov...

Un creador puede llegar tan lejos como desee, puede crear fronteras, puede destruírlas, puede construir ficción dentro de la ficción y vida donde no hay vida, vida más allá de la vida u otra vida distinta.

Si alguna vez escribo quiero poder ser lo que quiera ser, no lo que puedo ser o los demás me dejan. Puedo estar en Saturno y hablar de Urano o de la constelación de las estilas carmesí, y convencerte de que estilas son como escamas lanceoladas de textura geométrica que se desarrollan de un modo similar a la formación de un copo de nieve y por tanto su visión es única en cada unidad, que no hay dos estilas iguales, que cada estila carmesí se crea de un grano de azufre combinado con hidrógeno y oxígeno, y de ahí que su color parezca rojizo. Ahora quieres verla, yo quiero tocarla, queremos conocer su formación, y sin embargo... todo lo que existe son estas letras.

domingo, 8 de abril de 2012

El sentido entre la maraña y demás historias de cómo y con quién

Hay una necesidad inminente de dejar de mirar sólo lo negativo y detenerse un momento a vibrar con la belleza. Y a los artistas nos toca ese papel, dar al mundo razones para seguir girando. Los motivos no tienen por qué ser complejos, puede pasarte mirando el cielo de noche, viendo estallar fuegos artificiales en la playa, en Ibiza, a pesar de estar experimentando el peor viaje de tu vida; o puede suceder en Barcelona mirando el puerto, comiendo un helado, en otro viaje que suponga una hecatombe... El sentido a esto aparece entre la maraña de desidia y de frustración y consigue darle la vuelta a tu pensamiento hasta que quieras estar aquí.

Queremos estar aquí aunque no esté claro el cómo o el con quién. Vamos vislumbrando el 'cómo no', y el 'con quien no'... el 'por qué' sucede a cada paso.

5 for me

También en la alegría se hace evidente la pena... todo lo que nos limita y determina. Cuesta verlo, pero sí, yo también me acomodé. Y no quería hacerme a la idea de que otros han ganado, pero no conozco otra manera: soy dependiente. Intento recordar y aún no me viene a la memoria una sóla cosa que emprendiese en soledad sólo por mi misma, a excepción del viaje a Londres... Supongo que en el "todo perdido" el egoísmo nos resguarda pero, a fin de cuentas, mi futuro siempre está hipotecado a estímulos, a seguir "por x", no a seguir por mi. Me han vuelto inútil y yo he dejado que pasase, y la rebeldía del "ahora ya no quiero" es comodidad en cierta manera. Supongo que en mi espacio sería útil, o eso quiero creer. En planes con más gente funciono bien, o eso creo...

Ir a Mauritania, a Madrid, a Japón... ¿el fin soy yo?. ¿Donde estoy en las decisiones? en los cambios que realmente dirigen mi rumbo. No he salido de esta jaula aunque ansíe escapar para siempre pero... supongo que asumir con frialdad esa salida será otro temor, saber casi sin duda alguna que no hay vuelta atrás. No hay ayuda, hace años que no la hay. Ninguna.

Piedras y más piedras en el camino, y yo tropezando con cualquiera de ellas. No importa apenas el que la culpa sea mía o inducida por la presión, el resumen es mi cansancio. Ya no soy joven. Y escucharlo encima en esta casa como otro reproche: "o te sitúas ya o serás demasiado mayor... demasiado mayor". No quiero necesitar a ninguna voz limitante nunca más, sólo voces que me ayuden y me digan que puedo llegar donde me proponga.

Soy una perdedora porque me he refugiado en la pérdida y no he avanzado realmente, no he construido cosas que me sirvan, sólo he pensado en lo que perdí, en lo que podía haber sido con otros. Olvidé lo más importante: que lo único que sigue a fin de cuentas soy yo misma, hasta que estuve a punto de perderme... y fui a Londres.

No se necesita estar al borde, pero sí, creo que lo merezco, que lo merecía para ver lo que queda con estos ojos, para dejar la añoranza en paz y hacer algo de verdad. Dejar los intentos, las pobres excusas, las justificaciones, las culpas y terminar algo. Y sumar otra cosa nueva después, pero ir sumando.

La gente ha crecido, y también ha llevado golpes. Vagar como he hecho, de un lado para otro no era más que no querer levantarme, no ser suficientemente fuerte.

Se podrían odiar tantas cosas, a tantas personas... lamentarnos sin fin preguntándonos por qué, y se puede ser valiente y responsable y tratar de dar el paso que no hemos dado hasta el momento, y dejar que sólo nos haga vulnerable lo que amamos, y también querernos a nosotros mismos. Si logramos no defraudarnos, posiblemente consigamos levantarnos.

Quiero que todo deje de ser un intento, quiero que sea verdad, que me lleve por fin a otra parte, que sea mía...

La gente está probando cosas y encima a veces dudo de sus iniciativas, cuando por lo menos son iniciativas. ¿Qué tengo yo?. He perdido lo más importante: mi voluntad. Al final la fiera no recuerda quien era, sólo conoce la jaula, y la pantera acaba echándose a dormir, otro día más, a la espera (insensata) de otra oportunidad, de lanzar un zarpazo y volar.

Estoy cansada cuando debería estar pensando alternativas a esto. Muy cansada...

viernes, 6 de abril de 2012

itadakimasu!!

A veces es difícil asumir lo que sentimos. Igual ha estado delante, un tiempo, inmerso en las circunstancias, en la casualidad, en el día a día. Y hacerlo serio asusta, por nuevo o porque dure, o simplemente porque suponga otro "volver a empezar", y el inicio de nuevas preocupaciones. Pero las preocupaciones existen al margen de esos errores y grandes ilusiones. Dejar que el miedo gane es demasiado triste y creo que ahora siento grandes alegrías. Y proyectos inundan mi mente a pesar de hacerlos moderados. Y la repercusión sigue pesando, pero soy bastante adulta para afrontarla, o volar tan lejos como pueda. Ya da igual. Da igual todo lo que está al margen de mis deseos, de lo que me hace sentir bien, lo que me hace sentirme yo misma, de los espacios que defino como míos, donde jamás debieron meterse ni opinar, ni coartar, ni restringir...

El mundo contigo está más cerca, porque el mundo somos tú y yo.