domingo, 8 de abril de 2012

5 for me

También en la alegría se hace evidente la pena... todo lo que nos limita y determina. Cuesta verlo, pero sí, yo también me acomodé. Y no quería hacerme a la idea de que otros han ganado, pero no conozco otra manera: soy dependiente. Intento recordar y aún no me viene a la memoria una sóla cosa que emprendiese en soledad sólo por mi misma, a excepción del viaje a Londres... Supongo que en el "todo perdido" el egoísmo nos resguarda pero, a fin de cuentas, mi futuro siempre está hipotecado a estímulos, a seguir "por x", no a seguir por mi. Me han vuelto inútil y yo he dejado que pasase, y la rebeldía del "ahora ya no quiero" es comodidad en cierta manera. Supongo que en mi espacio sería útil, o eso quiero creer. En planes con más gente funciono bien, o eso creo...

Ir a Mauritania, a Madrid, a Japón... ¿el fin soy yo?. ¿Donde estoy en las decisiones? en los cambios que realmente dirigen mi rumbo. No he salido de esta jaula aunque ansíe escapar para siempre pero... supongo que asumir con frialdad esa salida será otro temor, saber casi sin duda alguna que no hay vuelta atrás. No hay ayuda, hace años que no la hay. Ninguna.

Piedras y más piedras en el camino, y yo tropezando con cualquiera de ellas. No importa apenas el que la culpa sea mía o inducida por la presión, el resumen es mi cansancio. Ya no soy joven. Y escucharlo encima en esta casa como otro reproche: "o te sitúas ya o serás demasiado mayor... demasiado mayor". No quiero necesitar a ninguna voz limitante nunca más, sólo voces que me ayuden y me digan que puedo llegar donde me proponga.

Soy una perdedora porque me he refugiado en la pérdida y no he avanzado realmente, no he construido cosas que me sirvan, sólo he pensado en lo que perdí, en lo que podía haber sido con otros. Olvidé lo más importante: que lo único que sigue a fin de cuentas soy yo misma, hasta que estuve a punto de perderme... y fui a Londres.

No se necesita estar al borde, pero sí, creo que lo merezco, que lo merecía para ver lo que queda con estos ojos, para dejar la añoranza en paz y hacer algo de verdad. Dejar los intentos, las pobres excusas, las justificaciones, las culpas y terminar algo. Y sumar otra cosa nueva después, pero ir sumando.

La gente ha crecido, y también ha llevado golpes. Vagar como he hecho, de un lado para otro no era más que no querer levantarme, no ser suficientemente fuerte.

Se podrían odiar tantas cosas, a tantas personas... lamentarnos sin fin preguntándonos por qué, y se puede ser valiente y responsable y tratar de dar el paso que no hemos dado hasta el momento, y dejar que sólo nos haga vulnerable lo que amamos, y también querernos a nosotros mismos. Si logramos no defraudarnos, posiblemente consigamos levantarnos.

Quiero que todo deje de ser un intento, quiero que sea verdad, que me lleve por fin a otra parte, que sea mía...

La gente está probando cosas y encima a veces dudo de sus iniciativas, cuando por lo menos son iniciativas. ¿Qué tengo yo?. He perdido lo más importante: mi voluntad. Al final la fiera no recuerda quien era, sólo conoce la jaula, y la pantera acaba echándose a dormir, otro día más, a la espera (insensata) de otra oportunidad, de lanzar un zarpazo y volar.

Estoy cansada cuando debería estar pensando alternativas a esto. Muy cansada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario