jueves, 26 de septiembre de 2013

Busco compañero de vida

Se busca compañero de vida. No necesaria demasiada experiencia, la justa para conservar el entusiasmo y las ganas de seguir aprendiendo. Busco un hombre capaz de expresarse libremente, que conserve su personalidad a pesar de mi criterio pero sea capaz de elaborar planes comunes. Que no me tema y no huya de mí. Que me trate en base a quién soy y no a quién le parece que soy, o a quién le recuerdo. Busco alguien que no mienta y que fomente nuestra confianza día a día. Necesito una persona que amplíe mis horizontes intelectuales y comprenda mis taras psicológicas (al igual que yo las suyas). Se busca un individuo emprendedor al que le encante viajar y relacionarse con otras culturas, tolerante, con conciencia socio-ambiental y sentido de la justicia. Se valorará una actitud activa y creativa en el sexo sumado a una expresión afectiva igualmente desinhibida. Me gustan los hombres con aficiones al margen de su profesión, que logran ser constantes en una actividad simplemente porque les gusta. Absténganse personas que no sepan escuchar, cuyos argumentos sean siempre una trampa, gente que no contemple una pareja como algo que le concierne a dos, personas que no quieran llegar a ser "mi familia", que antepongan el criterio ajeno al de la gente que verdaderamente los quiere, o incapaces de sentir amor.

Supongo que ahora mismo no me sería necesario nada más y sin embargo me parece aún difícil encontrar alguien así, y que quiera estar conmigo claro...

Remuneración: Amor incondicional, respeto y lealtad (al margen de todo el tiempo de mi vida).

domingo, 22 de septiembre de 2013

Seguir

¿Cómo dejar de querer a alguien que no te ha defraudado lo suficiente? ¿cómo dejar de querer a alguien que no quieres dejar de querer?


Soy perfectamente capaz de "seguir" sin dejar de hacerlo... (sin dejar de quererte).

sábado, 14 de septiembre de 2013

En mi camino

Ayer tuve un encuentro extraño y reconfortante. Iba andando hacia los bares hablando con un amigo inglés que no tenía ni idea del reciente movimiento hipster y swag (sí, curioso), así que le estuve explicando la procedencia de los términos y lo absurdo que me parecía el que la gente que se engloba en el estereotipo normalmente, o por lo general, no conocen nada acerca de la obra de Kerouac, ni se ha leído On the road (y además tampoco le importa). El caso es que de repente, una chica muy guapa algo más bajita que yo se acerca disculpándose diciendo que es la primera vez que interrumpe a alguien así por la calle y que incluso estaba ofuscada por ello. En un primer momento pensé: "tierra trágame", va a empezar a echarme la bronca por meterme con los modernos de ahora. Pero nada más lejos de la realidad. La chica dijo que estaba de acuerdo conmigo y que se alegraba de escuchar a gente tan culta, con las mismas inquietudes que ella, me explicó lo del camino hasta Santa Mónica en relación al libro y que el término swag realmente procedía del final de la ruta. Básicamente detalles que complementaban mi relato, también para situar a mi amigo inglés. Nos acompañó un pequeño trayecto y de repente en una de tantas esquinas y antes de separarse de nosotros, tras su magnífica intervención, me dice: "te recomiendo que lo hagas, lee la novela y hazlo" y le digo: "pero si la novela ya la he leído", y contesta: "sí sí, pero léela y haz la ruta, yo la he hecho". En ese momento me quedé alucinada. El inglés se quedó igual de perplejo. Por supuesto se refería a la Ruta 66, trayecto que recorren los protagonistas de la novela. Aquella chica angelical de ojos verdes inmensos recorriendo los Estados Unidos, la misma que se cruzó en nuestro camino y alabó mi discurso...

De verdad que gente así motiva. Tal vez escrito no suene tan emocionante pero para mí lo fue. Sentir esa conexión y esa energía de alguien semejante, espontáneo... Ojalá encuentre más personas así en mi camino.

Tengo un sentimiento grato de compañía, a pesar de mis muchos errores y choques con piedras antiguas. He conseguido terminar el proyecto a tiempo y este lunes podré entregarlo. Creo que es suficiente, de momento.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Adiós, rata

El resto de mi vida empieza hoy.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Los hombres que no amaban a las mujeres

Hoy me parece un día precioso. La gente se queja cuando llueve y está gris, pero estando sola en casa, teniendo la ventana completamente abierta para que pase el viento, siento una calma cálida en el mismo tono que percibo. El gris también me gusta para vestir.

Ayer para mí empezó septiembre, y septiembre es salir porque sí, planes espontáneos, gente nueva y antigua, noches frescas, risas, coches, vueltas, música, conciertos, bares... no sé, es bastante. Es patear calles y hablar como una loca, y ayer hice todo.

Las mujeres sufrimos mucho, y sufrimos por los hombres. Quedar con mujeres me hace darme cuenta de que no estoy nada sola. Tengo un montón de suerte de sentirme tan bien esta mañana. Tenemos miedos y sueños que suelen ser parecidos, perseguimos imposibles posibles y saltamos y gritamos para no llorar. Pero si llegamos a llorar no importa, no importa volver a casa con algunas lágrimas en las mejillas, importa querer vivir y querer seguir arriesgando.

Las mujeres son increíbles, no conozco seres más fuertes ni más sensibles.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cordura

No lancé la botella, sólo comenté algo insustancial para tantear el terreno, y gracias a ello el día de hoy no es un completo error. No existe la frase que me libre ya del olvido... Aún así no descarto mi alegato en futuros sucesos, total, no se pierde nada por hablar, lo más difícil es tener la oportunidad de hacerlo.

¿Y ahora qué?

El insomnio nocturno está destruyendo mi escaso equilibrio mental. Noches en blanco, mañanas de dormir algunas horas, pupilas sensibles a la luz todo el día, dolor de cabeza, tristeza... Quiero acabar y tratar de normalizar mi descanso, sobre todo porque me produce sobre-reflexión y me da por analizar comentarios o acontecimientos que ya no tiene ningún sentido recordar. Y de repente esta noche he recordado que no he dicho algo muy importante en mi legítima defensa, y con ello me refiero a esos puntos que necesitas matizar antes de dejar de hablar a alguien. Pues sí, como apenas soy obsesiva en ese aspecto hay algo que me reconcome y no he dicho, y no entiendo cómo pude olvidar un alegato tan contundente. Ahora viene el dilema de qué hacer, si sobrellevar mi insomnio y preservar mi dignidad o tirarla por el suelo completamente y aventurarme a lanzar una botella al océano con un mensaje que a nadie importa excepto a mí. ¿Por qué soy tan imbécil? Porque no sé parar. No sé parar cuando la realidad que me venden es injusta u observo tanto conformismo hiriente. No entiendo cómo hay gente que construye unos refugios mentales tan ilusorios y aún así le funcionan.

Mentiras convertidas en realidad. Reconversión ficticia de la historia.

martes, 3 de septiembre de 2013

Compañeros y amantes

Creo que ya sé lo que me pasa, y por qué aparte del vértigo que me produce el terminar el máster y su "después" sigo tan agobiada. Parece en apariencia un poco absurdo, pero no creo que haya otra explicación.

Para mucha gente la frase: Más vale solo que mal acompañado, es una máxima que para mí nunca ha tenido sentido, básicamente porque siempre he hecho lo posible por no estarlo, y aunque haya tenido la valentía de pensar en ella y dejar a otros ha sido, en parte, por incompatibilidad total o decepción tan desbordante que el afecto ya no pudiera contrarrestar una incipiente maldad, maldad deliberada, inconsciencia egoísta o ausencia de correspondencia. En algún caso la causa más importante ha sido la ausencia de mundo común, y con esto me refiero a ese ideario que se va fraguando sin querer, las horas muertas hablando de lo que nos pasa, lo grande de sentirse comprendido y apoyado, motivado y alejado de ese daño que aparece en lo cotidiano del devenir...

En mi caso ha sido bastante difícil el disfrutar de un buen compañero que además fuera un gran amante, o dicho al revés, de un buen amante que además quisiera ser mi compañero. Realmente es sustancialmente más fácil que se produzca la segunda, puesto que candidatos suele haber más. La compañía emocional es lo que más tiempo demanda, más esfuerzo y más heridas, de ahí que en general sólo se quiera contar con encuentros fáciles que no compliquen demasiado los intereses personales. Al conocer a alguien no sabes realmente cuál es su planteamiento a nivel sentimental, cómo se desenvuelve en una relación, qué cosas implica y qué no el estar con alguien, y sólo saliendo con esa persona llegas a verlo. Para mí, por ejemplo, es vital el poder comunicarme y sentir que no es una conversación vacía, que el otro punto de vista sirve para fortalecer el mío, que realmente el otro se hace útil de la manera en la que yo quiero sentirme para él. Pero esa parte es un núcleo que debe precisar de otros aspectos para no sentirme demasiado frustrada.

Estoy desengañada, aplacada, demasiado entristecida ya como para pensar que el futuro en este sentido pueda ser algo mejor. ¿Por qué tendría que ser mejor que estos últimos diez años? ¿Porque son otros? Serán iguales pero diferentes, idas y venidas, regalos inmerecidos, minutos y horas llenados de otra manera.

Y sí, realmente creo que lo que pasa es que no sólo es que esté sola y que sea alguien que contempla la vida muy reducida al estarlo sino que no vislumbro una opción real para dejar de estarlo. Las opciones de amantes son caminos que no me interesan, y la opción de compañero se divisa remota. De ahí que haya construido mi abismo: empezar otra vez sin nadie, sin trabajo, sin estar matriculada en nada...

Fue bueno mientras duraron las cosas y aún conservaba la esperanza de forma más o menos intacta. Era realmente reconfortante pensar que podía convertir un aspirante a amante en un compañero sencillamente con esfuerzo y dedicación, pero los años te hacen ver que ahí lo que importa no es eso. Lo que importa es que la otra persona quiera lo mismo que quieras tú, que quiera ser tu compañero y tu amante, que quiera que tú lo seas para él. Y no hay cruzadas infinitas de buenos actos o virtudes que consigan hacer brotar un sentimiento que no tiene un leve atisbo de existencia. Podemos morir en ello infinitas veces.

Han sido demasiados años de espejismos, de elegir opciones descartadas de antemano o de compartir otras hasta su desgaste y denigración, y también de seguir recordando la opción que me gusta a través del tiempo. Pero el momento de despertar ha llegado, a pesar de que me niegue a abrir los ojos o no querer vivir así. No hay más remedio. Soy mayor, se acaba esto.