viernes, 11 de noviembre de 2022

El show no será televisado

La lista de personas que se obsesionan gravemente conmigo asciende a cinco (actualizado). Y el nivel de egocentrismo y autoimportancia de la última es pasmoso.

Cualquier persona con un mínimo de equilibrio sabe separar la literatura del autor, igual que no juzgamos a Bukowski por su alter ego.

Buena suerte.

domingo, 23 de enero de 2022

Amar

Las relaciones humanas son complejas, tanto como cada individuo. Y se ven alteradas, por supuesto, cuando se van sumando más personas. Un único ser ni siquiera es capaz de replicar la misma relación exactamente con otros. La alteridad lo modifica todo.

La última vez que hablé con mi hermano me dijo que no se ama realmente a alguien si aceptas que sea libre y pueda estar con otras personas, que lo quieres solo para ti. Pues bien, internamente se puede tener esa aspiración egoísta de acaparar a alguien a favor de tus deseos, pero cuando conoces de verdad a otro, cuando sus pulsiones, frustraciones, traumas o necesidades no le permiten mantener una relación estable y monógama, cuando de verdad eres sincero contigo mismo, el amor es mucho más verdadero y más grande que el que nos vende una familia tradicional que se engaña a diario.

Me gustan las parejas habituales, los amantes habituales, el cariño y la sinceridad habitual, pero he perdido la esperanza en encontrar alguien que quiera practicar eso todos los días de su vida simplemente por conocerme. Para mí no hay mayor acto de amor que comprender y respetar la libertad del otro. No quiero que nadie me mienta porque me tema. Hay épocas en las que incluso vería sano relacionarse con otras personas para reencontrar la perspectiva perdida en una crisis. Así que es posible que no pueda ver la vida de una manera tan tradicional.

Sinceramente me gustaría. Me gustaría que fuera tan fácil como lo hacen otras personas. Unos años con novio, vivir con él, casarse... Pero son los mismos que en el grupo de colegas hablan de la tía de su trabajo que se quieren follar, su desliz de la cena de empresa, el prostíbulo que visitaron el mes pasado, y el largo etcétera.

Prefiero la verdad, por muy dolorosa que sea. Aceptarla, adaptarme, curarme, tener la confianza suficiente para plantear cualquier realización personal al margen del otro, incluso si implica una extravagancia sexual. 

No creo que esté equivocada, tampoco creo que mi hermano lo esté, pero no hay una forma verdadera de amarnos, ni siquiera una sola.