miércoles, 20 de abril de 2011

Voyeur

Esta mañana he encontrado en http://foto-poemas.blogspot.com/2009/09/miroslav-tichy.html este párrafo, que según indica es una cita de http://www.revistasebo.com, pero me parecía interesante destacarlo.

En una época en donde el arte llena insípidas galerías rellenas con café y amiguismos inescrupulosos con lengua de almíbar, bien vale la pena recordar a aquellos artistas que, alejados y ninguneados por diversos motivos de los fenómenos masivos o contemporáneos, no lograron la fama que quizás se merecieron en algún momento.


Se refería con ello a la figura de Miroslav Tichý, cuyo fallecimiento se produjo el día 12.

Era un vagabundo del Arte, un excluído social, un renegado, un voyeur. Básicamente encarnaba un oculto sentimiento que albergamos todos. Los seres contemplativos... Es bonito cuando contemplar y crear se dan la mano y surge algo que dura lo justo para hacer felíz a otros. Algo que a pesar del tiempo nos guste volver a mirar sin pensar en su imperfección.

Creo que toda soledad se traduce en cierta manera en acumulación, ya sea de imágenes o de objetos. Es posible que creamos que poseyendo ciertos bienes materiales podemos paliar ese sentimiento de angustia por la ausencia de posesiones emocionales. Ya se sabe que jamás nadie posee a otra persona, pero sí que en algún sentido se puede sentir interiormente tuya. Las fotos y los objetos no te las puede quitar nadie, a menos que entren en tu casa a desvalijarte. A muchos ancianos le da seguridad tener "ahí" consigo, todas "sus" cosas, ancianos y no tan ancianos... Así que a los solitarios no les hables de comunismo ni de ausencia de propiedad... Hay cosas que irremediablemente no pueden ser de todos. ¿Y cómo alguien va a querer compartir si por dentro tiene una "carencia"? Pues muy fácil, se empieza compartiendo para lograr solventarla. Es un camino para sentirse completo.

Pero hay solitarios que se jactan de ello. No están dispuestos a recuperar un atisbo de la inocencia que les robó el mundo, así que simplemente lo externo a ellos es hostil. Nada allá afuera los hará mejores de lo que ellos puedan hacerse, no pueden permitirse depender de nadie. Su poder, la fuerza de su espíritu se radicaliza en la libertad de sus actos, que no derivan de ninguna influencia más que de su propia voluntad. No es un objetivo compartir nada con aquellos que los contemplan, a lo sumo sería un privilegio dejar que los demás mirasen.

La fotografía es fascinante, es increíble que un objeto pueda captar lo que percibe nuestro cuerpo, lo que se genera en una mente, algo tan subjetivo... En realidad es una prueba de que no todo es mentira, que las dudas existenciales de San Agustín de Hipona no tenían razón de ser, que nuestros sentidos no nos engañan, que estamos aquí. Aunque bueno... el sueño de nuestra vida, felíz o triste, se acabará igual que acaban todos, y dará igual que todo sea falso que verdadero, o que hayamos pasado la "vida" en Matrix... Se acabará y ya está.

En 2008 escribí un cuento de apenas un par de líneas: "Y Dios salió corriendo,olvidando las llaves del cielo. Al volver,llamó insistente,pero nadie le abrió. Desde entonces vaga entre mendigos relatando su vieja historia".

Seguramente con el mundo que tenemos podría ser posible. Cualquiera que se lo cruzase en el cielo le cerraría las puertas a drede incluso, o lo empujaría de cualquier manera para robarle. Al volver nadie le creería, como es lógico, y no sería más que otro viejo loco y pobre. Cuando se sintiera traicionado, decepcionado por un mundo que él mismo creó y que así lo trata, que él mismo salvó y llevó a los cielos, y que a pesar de ello lo dejaron a merced de la pobreza... cuando toda la bondad de su ser realmente se agotase no creo ni que se esforzase ya por contar a nadie nada. Es posible que como el señor Tichý se fabricase una cámara y viviese en paz con sus renegados hermanos, hijos o lo que corresponda.

Y que conste, no soy católica.

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