viernes, 16 de abril de 2010

No sacrifice, no victory

Perdimos los ideales de vista un momento y todo se desmoronó (olvidamos momentáneamente nuestros lemas), pero se puede volver a remontar, recordar, no estoy cansada de repetirlo. Buscaré algo divertido, seguiré relacionándome con gente distinta, desarrollaré actividades nuevas y no dejaré de elaborar proyectos, mentales y materiales, siempre que se pueda.

Sigo cuidando mis amistades, fortaleciendo las nuevas, alegre por los conocidos, motivada por la dinámica. El cansancio va pasando, tengo ganas de actuar. La actividad nocturna no logra reportar grandes beneficios, la gente confunde originalidad con frivolidad, libertinaje o similares (para todas las chapitas de progre que se ponen) pero no me importa demasiado, el estilo está por encima de todo, o lo tienes o no.

De ayer a hoy me apetece radicalizarme en la postura sexy y comenzar a rescatar los ídolos del cine en blanco y negro. Quiero reimaginar sus identidades sin caer en las moditas pin up que ya me saturan. Siempre he sido seguidora de ese tipo de ilustración, posiblemente más que todas ellas y ellos, pero ahora, están hasta en la sopa, como cuando se puso de moda el rap... Pasará, porque así funciona todo.

Siguiendo con estas pinturas, comencé a documentarme en relación a los trabajos que me toca desarrollar antes del 4 de junio, dando con la película "Un tranvía llamado deseo" y sus fotografías. Es la linea que comentaba.

Todo se acumula, pero me pone en movimiento hasta llegar a ideas nuevas, que es lo importante.

Siento que algo se está fraguando en mi, como en otras ocasiones. Un soplo de mala suerte podría llevárselo, sin embargo, si no sucede, podría comenzar algo grande. Tengo que ponerme a tiempo, empezarlo por lo menos. Los resultados tempranos me suelen motivar para no abandonar las cosas por pequeñas tristezas. Espero no replanteármelo mañana y verlo como una estupidez, como a veces me pasa con cosas que escribo, aunque sean verdad.

Cuando estoy optimista y me siento fuerte suelo pensar en todas mis posibilidades, crear diseños en la mente, hacer listas de material... y pienso que si todo se paralizase lo único que necesitaría sería tiempo para crear. Esto traducido al mundo real implica que si no tuviera la obligación de ir a clase y trabajar, me levantaría todos los días para volverme a acostar y nunca haría nada de lo que ahora imagino.

Si este verano estoy sola en casa, mientas sólo tenga la obligación de trabajar, pienso materializar todo lo que quiero, al máximo, lo que de tiempo, y lo anoto como proyecto serio, que no podré eludir por mucha pereza que me de. Tengo que desarrollarme laboralmente como artista antes de los 30.

La democracia de Internet me ayudará. Soy una persona adaptada al medio. No tanto como las siguientes generaciones, que lo dan por hecho, pero sí poseo la madurez para asimilar su gran valor. Nuevos ricos jóvenes lo supieron, y ahí están, millonarios. No es que vaya a montar una red social, pero algo se puede hacer aún que nadie haya hecho.

Un profesor me dijo que ser original hoy día era imposible, porque todo estaba inventado y que lo único que podíamos hacer era reinventar lo que otros hicieron. Esto me supuso un reto, básicamente porque siempre funcionamos de esa forma: reinventando. Pero todos buscamos lo original, la clave de todo, la llave mágica...

Suelo pensar en todas las manifestaciones y expresiones posibles, trato de beberme el mundo y mirarlo en 360º... nadie puede asegurarme que no lo lograré.


A los hombres del mundo les diré que mejor deseen ser el violador de nuestras fantasías a una máquina de complacencia. Demasiado duro para determinadas mentes, hay quienes lo materializarian en forma radical; pero ese no es el estilo al que hago referencia. Sólo digo que conserven su carácter, y quieran ser admirados mientras siguen escuchando su corazón. Las mujeres demandamos esa protección extraña y adoramos cierta superioridad física (con clara intención sexual, no para malgastar en peleas callejeras, se entiende). Tener ese algo irresistible de lo que tengamos que depender, volverse necesarios en lo profundo, irrumpir en tu mente en la soledad, en la cama, en tu intimidad... Y provocar falta de control será el arma que nos una, nos desconcierte y nos enloquezca, hasta amarnos y destrozarnos de por vida. Será entonces cuando el sexo merezca realmente la pena.

Aunque no vuelva a repetirlo, es la teoría que me gusta para vivir.

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