viernes, 23 de abril de 2010

La valiente siempre era Nala

Posiblemente el evento más interesante de la semana y cancelado. Jueves en casa; tampoco importa. Descanso. He comenzado la nueva serie, engancha. Poca reflexión, bastante evasión.

La vida ha comenzado a ir demasiado rápida, justo lo que menos necesitaba (va siendo cosa de bastantes meses, aún no me hago). Hay lugares de la ciudad a los que resulta una tortura ir. He pasado a albergar un sentimiento de indignación, cierta rabia, desconcierto, como cuando te castigan sin motivo o cumples tu parte del trato y la otra parte no. Pero bueno... ya lo decía Scar... "la vida no es justa, ¿verdad?", tanto que hasta Mufasa murió, siendo el mejor rey posible, mucho mejor de lo que nunca sería Simba. Desde luego, de elegir, el puesto sería de Nala, no hay más que ver cómo se mueve y lo que transmiten sus ojos. Las leonas siempre cargan con el peso de todo, cazan, cuidan de los cachorros, y el león... las defiende (luchando contra otros leones) y se aparea con todas... qué novedad.

He retrasado una cita médica importante durante demasiado tiempo, y tengo que ir. Esto implica una intervención, a corto o largo plazo (ya veremos) y esta idea me está quitando el sueño. Más que nada, me preocuparía no despertar, o despertar y quedarme mal (vegetal, parapléjica, dañada mentalmente)... pero además, necesito decirle a mucha gente 'cosas' por si sucediese algo de eso. Creo que algunos llamarían a eso un testamento, aunque preferiría hacerlo real antes que no después. Ante situaciones así lo único que se puede hacer es guardar la calma, serenarse y pensar que las cosas son como son.

Pero hay cosas que son porque uno deja que así sean. El tiempo no es la excusa. La razón por la que una chica de veinticuatro años decide cambiar su estado es porque las dinámicas habituales le estaban creando dudas acerca de sus sentimientos reales. De esa causa se deriva, como es lo más normal, que necesite tiempo para aclarar su mente, tiempo que no tuvo por insistencia exterior temprana. De ahí que esa introspección no se produjese correctamente, cometiendo el primer error, gastando una vida sin saberlo. Vidas que se gastarían sin saberlo, hasta perder una partida sin tener ni el tiempo ni la oportunidad meditada.

Opino que merezco una vida extra, por todas las que perdí sin saberlo. Me da igual lo que diga Scar... no es justo.

Por otro lado, pienso que las dudas tienen cierta justificación (dudas que ya no existen). Si la duda es el amor tenemos un problema, si la duda es otra cosa alguna solución habrá. Es posible que no haya escuchado el argumento más valiente y sí el más conveniente.

Asumo mis errores, en el trabajo, en clase, en la vida... doy la cara, así soy yo, imperfecta pero valiente. Mañana día del libro, el peor día para una dependienta de librería. Por la noche, ninguna recompensa. Sábado por la mañana más trabajo.

Así se consume mi vida, mis fines de semana, mi semana...

La operación podría cambiar muchas cosas, seguir ahorrando, seguir trabajando, buscarme un piso, estudiar solamente, preparar la oposición siguiente, viajar a otra ciudad, restaurar lo destruido...

No quiero una mac, y no sé si quiero una réflex. Quiero un beso, y quiero un abrazo... que sea largo.

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