martes, 30 de marzo de 2010

Una, dos y tres

Hasta tres excusas en un mismo mensaje. Una habría sido comprensible, dos preocupante, tres intolerable guión patético, bochornoso, deprimente, humillante, etc. Tampoco merecía eso, y más cuando hace un par de semanas acepté quedar (para nada) a cambio de suspender una asignatura. No lo veo demasiado justo.

Era el impacto definitivo. Fin de la partida. Está claro que hay gente acomodada en dinámicas poco independientes a las que pensar como un pseudoadulto les estresa demasiado, y que prefieren dejarse llevar...

Esta destrucción no la sembré yo. A la mierda.

¿Quieres abocarme al abismo? tú mismo.

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