Pérdidas y objetivos

No he explicado con demasiado detalle qué tal me va en mi nuevo empleo, quiero acabar la semana para hacer un resumen general, y así, ir contemplando la evolución poco a poco.

He estado pensando acerca de los temas que me apetecía tratar en la entrada de hoy pero al final simplemente me he decidido por apreciaciones sencillas y poco más. Por ejemplo, lo mucho que me duele ver envejecer a mis padres. No es algo en lo que piense todo el tiempo, pero a veces, mirar las fotos de ahora y pensar en el transcurso de toda mi vida me hace mucho daño. Siento miedo al imaginar que cada vez más irán teniendo achaques, que disminuirá la vitalidad que tanto les caracterizaba hasta convertirse en personas mayores, desvalidas... hasta que finalmente todo acabe. Cuando me asaltan este tipo de pensamientos ni siquiera pienso en mí, a pesar de que correré la misma suerte y que igual... ni llego a tener hijos en los que suscitar este mismo sentimiento.

Esta noche he decidido que me doy hasta los 30 para avanzar en la escala social y triunfar en el mundo artístico. Idear la forma revolucionaria que me catapulte a una clase media alta a través de mi trabajo. Creo que tengo la madurez suficiente para asumir esta empresa, y prácticamente nada que perder. Si no lo consigo, lo asumiré con la mejor predisposición y me prepararé la oposición para secundaria. Así que tengo unos cuatro años y pico para ir pensando, creando y avanzando.

Me gustaría tener más y mejores amigos; no perderme acontecimientos importantes de la vida de las personas que quiero y encontrarme alguna vez con la gente que necesito y echo de menos.

Ayer un amigo me cantó una canción al oído, me invitó a risas y bebida, me reencontré con otros amigos, y celebramos el acontecimiento que me he perdido de la vida de otra persona a la que quiero muchísimo, pero a pesar de los intentos por alargar la noche por si en algún lugar lo veía, todo se destruyó.

No existen las personas perfectas, aunque lo parezcan.


Día de San José, dobles felicidades papá.