jueves, 9 de febrero de 2012

Lejos ya de la ausencia...

Me acosté a la 1:00 pensando que podría dormir, pero la lluvia de ideas ha vuelto a atacarme. Cuatro y media, y necesitaba escribir.

Al margen de redactar algunas reflexiones con vista a una exposición de mi carácter el martes, me apetecía comentar un poco el bagaje reciente. Y la verdad es que en este devenir entre 2009, 2010, 2011, lo mejor aprendido y lo motivador es que sí, 2012 es un cambio de era, lo está siendo, lo va a ser.

He visto como la razón más fuerte por la que mi creatividad o mi amor estalló ahora se diluye consumida por su verdad, que implica algo que no era exactamente lo que había idealizado. Y en este tránsito también está el quererse al margen de personas que pueden mantenerse mucho tiempo a tu lado sin quererte en absoluto. Y continuar con esa relación masoquistamente por las débiles alegrías y aportaciones que se creen sinceras de entre todo eso. Y aún así, en ello, en la experiencia de encontrarse con otras mujeres, con personas "normales", de vivir una vida cotidiana por fin, cercana a lo que es el mundo, y bajar de la ensoñación impuesta en la sobreprotección que padezco... en todo esto, ver finalmente lo importante.

Lo que importa es la gente que está a tu lado, que te cuida día a día, que te quiere y lo demuestra. Hacemos ídolos a personas insignificantes que sintiendo ese poder lo único a lo que aspiran es a robarnos el nuestro. Y se lo damos, se lo damos todo. Pero no... ya no.

Cualquier caída puede superarse, lo he visto, lo he sentido. El verano pasado estuve en la tesitura límite (más triste, más importante) y ahora se muestran los resultados.

Quien te quiere permanece, pero no se puede permanecer donde no te quieren.

Si se me permite un consejo: baja de tu absurdo pedestal y dale la mano a quien tienes al lado, regálale una sonrisa, haz algo por él, y muy probablemente encuentres un amigo o esa persona comience a formar parte de tu mundo.

"Aléjate de la gente que te hace daño" es lo mejor que alguien podía decirme, porque ahora sí que soy capáz de escucharlo, de asimilarlo, y de hacerte caso amigo mío, como tantas otras veces tú has seguido mis consejos.


No espero nada a cambio porque sé que hacerlo bien implica recibir algo de bien. Así que el propósito es cuidar de mis amigos, por todas las veces que estuve pensando en el amor y la catástrofe y no les dí el lugar que ellos merecen. Y dejar de regalar mi atención a causas que me paralizan, que han bloqueado mi evolución, única y exclusivamente porque lo permití. Pero la gente está mirando hacia delante, y yo también quiero contemplar el ahora como una nueva oportunidad, y encontrar por fin una meta.

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*Keep calm and carry on* (forever carry on!! a lo manowar)

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1 comentario:

  1. Alejarnos de las personas que nos hacen daño... buen propósito. La vida, por otro lado y sin pedirnos permiso, nos sugiere personas que nos aman y a quienes amar; son joyas; y existen.

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