Llevo todo el día sintiéndome mal, vagando un poco errática por la ciudad mañana y tarde-noche. Es lo único que suele calmarme.
Tengo que hablar o comenzaré a desvariar hasta el punto de cometer error tras error hasta destruir lo que sea que tenga y, de paso, autodestruirme mentalmente.
No soy ninguna cobarde, ni una niña, ni estoy dispuesta a dejar cosas buenas por el camino y arrepentirme después, pero no puedo evitar paralizarme ante determinadas situaciones que me desbordan aunque por dentro me pregunte todo el rato ¿pero qué haces? idiota!!!.
Hoy tenía ganas de llorar, pero no lo he hecho. Después de sentirme ahogada me suele dar por levantarme de repente con las cosas muy claras.
(Redactando mentalmente la artillería pesada)
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