viernes, 22 de febrero de 2013

Medidas inesperadas

Esta entrada es un agradecimiento a las personas que han dedicado algún momento de su tiempo a leerme (con atención y por placer) a pesar de la densidad y mi aún imperfecta forma. Sobre todo agradecer a la gente completamente anónima que visita el blog desde otros países más allá de España (me hace ilusión ver países como Alemania, Estados Unidos, Chile...). Últimamente las visitas han crecido y no sólo por los habituales. Alguno de mis lectores posee una entrada muy visitada por la cual mi número de visitas se está multiplicando al encontrarse mi referencia como uno de sus blogs más visitados. Este rincón que nació siendo secreto y poco a poco se hizo habitual de mis muy allegados ha crecido cada vez más, al igual que van creciendo sus entradas (ya son casi cuatro años). El caso es que he decidido añadir el contador que veis a la derecha, sin más intención que seguir un poco ese crecimiento. Tal vez sólo sea una afluencia de clicks que sin importancia cierran la página y van a otra que les interese, tal vez implique más lectores que desde la ventana mágica se acercan a descubrir mis inquietudes. Nunca me he parado a reflexionar exhaustivamente acerca de la magnitud de mis palabras a nivel extensivo a pesar de ser éste un medio universal, es más, me quejo incesantemente de la búsqueda de reconocimiento incesante de los perfiles que habitan el mundo porque esto para mí no espera recompensa. Pero la recompensa es precisamente ver las visitas periódicas, los países que se repiten, los comentarios... Así que, bueno, he sentido que igual el momento de hacerlo público pueda ser éste, sin más aspiración que dar alguna dosis de estas líneas en cualquier otro medio para que quien quiera visualice el resto aquí. He abierto una cuenta en twitter: @EMirreversible. Mi nombre es eternairreversible.

Reconozco que en mis estallidos de desesperación, furia o tristeza, algunas veces, he publicado algún fragmento en facebook, líneas que extraídas por la perspectiva temporal suenan bien e incluso a mí misma me enseñan, me recuerdan. Me releo en ocasiones y no parezco yo, quizá sea el efecto de la escritura semiautomática. Hay que dejarse llevar en el teclado. Siempre escribo sobre la plantilla, pienso durante el día, me siento y escribo, y ya está. A veces las líneas están en mi cabeza gritándome por salir y casi quiero correr a casa a redactarlo, pero no elaboro en word u otros programas para corregir. Siento, escribo y leo una vez publicada, corrijo con el lápiz sobre mi fondo negro. Así ha sido siempre, me da un poco de miedo que eso cambie.

Si me he lanzado a hacerlo algo más público es más por apreciar los mecanismos del posicionamiento online y el trabajo de community manager que tanto está en auge. ¿Realmente se puede ser famoso así?. Si aumentasen mis visitas y la gente realmente me siguiese como algo habitual creería más en serio lo de publicar algo, decidirme a publicar un libro. Papel o digital, da igual, tan sólo una novela basada en la ficción autobiográfica (supongo que menos autobiográfica que el blog) y por supuesto, menos inmediata. Pero uno siempre está debajo de lo que dice, hace y escribe, así que... simplemente gracias. No creo que me haga rica por esto.

También he creado el twitter de mi marca, que hasta que no esté registrada no mencionaré y que va a ser el proyecto de este año. Siento defraudaros con una entrada tan poco expresiva, quería que supieseis el contexto de este envase.

Vamos a tener que jugar al final para ver hasta dónde podemos llegar.

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