jueves, 29 de agosto de 2013

Otro jueves

Es salir de casa y comenzar a tener ideas. Llegar y disuadirme. Estoy condicionada por el espacio donde vivo, las interrupciones cotidianas y el resto de interferencias que consumen mi energía. La mayoría de los días lo que más me apetece hacer es estar aquí escribiendo. A veces, cuando me echo en la cama antes de intentar dormir o simplemente a descansar un rato, imagino muchos párrafos y narraciones que no llego a redactar y se me olvidan. Tal vez debería plantearme el ponerme en serio a escribir algo. Siempre lo veo como un proyecto a largo plazo que no llega, pero esa filosofía no me llevará a ninguna parte. Tengo la capacidad de redactar e ilustrar, debería confiar un poco en ello.

Aquí nunca utilizo un lenguaje demasiado elaborado, más que nada porque no me parece que adornar más las cosas les de más empaque. Bukowski decía que a veces escribía como si vomitase, que lo soltaba así, de golpe, conforme salía. Yo también trato de hacerlo. Por supuesto, no me puedo comparar pero creo que trato de mostrar sencillamente lo que siento, lo que es transmitir una sensación y no meterla en una caja de colores para que se muestre más bonita. Me conformo con eso, con que alguna línea diga algo de los altos y los bajos, la pasión, la decepción y otras cuantas.

Me agobia septiembre porque después de él no diviso nada. Porque elaborar mis propias metas me asusta. Sentir la responsabilidad de tener que buscar una alternativa a la nada actual me da vértigo. Seleccionar (para mí misma) se me hace difícil.

No sé dónde quiero estar, sólo sé que deseo tener mi propio espacio. Tampoco sé lo que quiero hacer, sólo sé que quiero hacer algo que me haga sentir bien, que no sienta mi tiempo prostituido en una actividad que me repugne. Y poco más...

Sigo algo aplacada mentalmente por la situación actual que es algo así como contactar, a veces, con alguien que ya no existe; que es otra persona basada en ése, y continúa sin querer corresponderme. Es básicamente asumir que todo es temporal, y me pone un poco triste.

Pero el problema es mío por ser tan ambiciosa y por estar acomodada al hecho de que siempre he podido elegir, cuando sé que otros no tienen siquiera esa oportunidad. Y sí que sigo esperando que mi vida se solucione por el hecho de ser buena persona o creerme con cierto talento, pero eso no tiene por qué suceder.

Normalmente comienzo a moverme en jueves.

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