viernes, 30 de agosto de 2013

Ojalá... existiera la eternidad

Hay otros que no entienden que a cierta edad te siga gustando el anime o el manga porque piensan que son historias muy infantiles o irreales, pero eso no es cierto. En la mayoría de series filmadas con gente corpórea escucho diálogos tan alejados de la realidad y tan artificiales, que cuando pienso en las series japonesas, muy a pesar de los estereotipos, el marcado rol social de la mujer, y otros temas que hay que tener en cuenta, me emociono y me maravillo de cosas así:

Nana: Ojalá... existiera la eternidad.
Yano: Existe... Existe estoy seguro.
Nana: ("Con su cara brillando en la profunda oscuridad y sus ojos como si todas las estrellas de la galaxia se unieran, me dijo que la eternidad existe. Incluso ahora, recuerdo perfectamente cómo era aquella noche, cuando solo tenía 17 años.
Aunque ahora somos adultos, sabemos que no existe la eternidad. Ahora que ya no somos unos críos... Pero en aquel entonces... el tiempo se detuvo, y éramos los únicos en el mundo. Ese momento fue tan real... y a la vez parecía un sueño...
Sentí como si hubiera durado sólo un momento... y a la vez una eternidad. Dentro de nuestros jóvenes corazones, la eternidad existía de verdad.
Pero...
Todo el mundo...
...acaba siendo adulto")
[cap. 20 - Bokura ga ita]


He visto que incluso hay plagio por Internet de este fragmento.

Yo también sé que la eternidad no existe pero mi sentimiento es completamente ése. Por eso la mayoría de veces utilizo palabras como siempre, nunca, y lo enmarco todo en un esquema temporal. Es como que quiero aferrarme a esto, que dure de la forma en que sé que no va a durar. Y tengo recuerdos tan profundos, tan sensoriales y expresivos como los que se evocan.

No logro asumir que la vida seguirá sin mí...

Cuando eres más joven el tiempo parece que no importa. Leía a Azorín en el instituto y me parecía un hombre obsesionado con él como si fuera muy alejado de mi cotidianidad y ahora... Ahora todo es tiempo que hay que aprovechar, que hay que convertir en la única eternidad que vamos a conocer.

Me encantan las traducciones porque muchas veces los personajes utilizan adjetivos curiosos si los comparas con los habituales aquí. Para describir a los protagonistas masculinos, por ejemplo, hablan de su "frescura", que tiene un estilo "refrescante", que es un chico "brillante" o "resplandeciente", de una manera tan perceptiva, haciendo lo físico interno (pienso sin querer en tomar helado o granizado, lo alegre de sentir el frescor en la boca y lo identifico con esa persona, y es bonito, igual que pensar en la primera luz del día y verlo tan alegre). Les encanta la luz, el color, la temperatura, la atmósfera, el modo de hacer algo. Se fijan en elementos como el papel, el cabello... Y a mí, no sé por qué, me parece una forma tan viva de sentir las cosas, más humana quizá, más ligada a los actos y no tan atrapada en el esquema temporal. Es como que es más inmediato el ahora en este instante, aquí.

Tengo que tranquilizarme y tratar de racionalizar mi circunstancia. No puede ser que un viernes, sin haber pasado nada, piense todo esto y llore tanto.

2 comentarios:

  1. No sé como he llegado aquí pero me encanta tu reflexión. Me encanta el fragmento de Bokura Ga Ita que has puesto. Pensé exactamente lo mismo que tú. El anime está infravalorado.

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