jueves, 22 de agosto de 2013

Crush

Últimamente me siento un poco presionada, y no sólo por el hecho de tener que entregar el proyecto a tiempo si quiero poder aprovechar la convocatoria de septiembre (ya que mis fondos se han acabado). La presión viene sobre todo por algunos aspectos que X me hizo ver cuando le hablé de la posibilidad de trabajar y la responsabilidad de hacerlo. Supongo que personas así me hacen sentir inmadura y cobarde, precisamente porque sus argumentos siempre parecen más convincentes y realistas que los míos. Pero lo bueno es que sé verlo.

Supongo que de los tipos de personas que habitan la tierra yo seré una especie de observadora frustrada y él un hacedor de experiencias. Me excuso pensando que mis circunstancias no han favorecido el expandir mis horizontes; mi sexo tampoco. Yo no tengo amigos, por lo general, que gusten de elaborar ciertos planes, viajar a sitios que me motivan o pasar el rato de maneras que conecten sinceramente con mis apetencias. De hecho lo he intentado con personas cercanas pero no ha surtido mucho efecto. Buscar gente nueva es difícil y a estas alturas está todo muy manido. No sé si será el ambiente, tantos años en la misma ciudad, pero estoy cansada de ver lo mismo, y moverse a cualquier parte implica un gasto. Hay planes que puedo pensar sola pero, siendo una mujer, algunos planes en solitario son peligrosos. No he vivido miles de experiencias que me habría encantado vivir, y tampoco estoy cerca de vivirlas ahora, pero el mortificarme no va a hacer que sucedan antes, sino más bien tenderé al bloqueo. Soy consciente de que tengo 28 años y ya no es tan poco, pero sencillamente no es tan fácil. No lo es.

Siento cierto desarraigo porque tampoco poseo amistades de la infancia, debido al cambio de colegio y demás. Las amistades del camino fueron variando y ahora mismo todos los planes se restringen a un ámbito muy concreto, con personas muy concretas y puntualmente. Si hay un festival de reggae o de jazz o de cualquier tipo de música que me apetezca especialmente no tengo a nadie a quien llamar para ir, aunque pusiera el coche. Es más o menos eso. A veces los domingos me gustaría ir a cualquier parte, con mar o con montaña, cambiar la ciudad... pero tampoco hay nadie accesible para eso, cuanto menos ya escaparse a Roma, Florencia, Oporto o cualquier otra ciudad no muy lejana.

Lo bueno de tener pareja suele ser eso, en mi caso, el tener siempre alguien con quien hacer planes de ese tipo sin tener que contar con gente que no te motiva mucho, pero las últimas veces tampoco ha tenido importancia este hecho. No he visto demasiadas cosas con ellos.

Posiblemente mi papel de espectadora alucinada, que según X se basa en realidades que no conozco y que podrían defraudarme (algo así como enamorarse de alguien sólo por su físico), es en realidad una manera de huir de lo que conlleva experimentar la realidad y defraudarse de ella. Porque mucho de lo que hay al penetrar la superficie es un horror. No sé si la visión idílica e idealista de todo lo que podría ser algo o alguien llega a ser mucho mejor y más saciante que lo que es en sí, aunque eso sea igual a estar en Matrix, o una realidad ficticia muy alejada del mundo que existe. La verdad es intangible, y sigue siendo una convención pero sentirme una cobarde me hace sentir aún peor.

Hay días que se me hace realmente duro existir. Despertarse, desayunar, hacer cualquier tontería como siempre, comer, malgastar la tarde, cenar y volver a dormir. Obviamente no quiero esa vida, pero me aplaca tanto el que ya sea así que buscar fuerzas dentro de mí para combatirla en busca de alternativas es una proeza heroica precisamente cuando me siento tan sola. No tengo ni siquiera ningún colega cercano con el que tratar de coger un local y habilitarlo para generar obra. Es como que todo tiene que partir de mí. Y supongo que todos nos sentimos así, aunque unos más que otros, pero a mí me aflige demasiado.

No sé exactamente qué pasará después de septiembre, aunque me ponga a estudiar inglés. Tengo un título que está indicado precisamente para ser fuerte y desarrollar tu carácter, ser autónomo, creer en tí y salir adelante trabajando en la destreza que te guste. Y no sé, sinceramente, qué puedo hacer yo por este mundo, ni siquiera si quiero hacerlo o no, que es lo peor. Y ya no es el mundo, soy yo. No sé si soy capaz de hacerlo por mí. La verdad es que escrito suena trágico, acabo de darme cierta cuenta de ello.

La idea de haber sido una estudiante brillante, de haber sufrido exclusión precisamente por ser buena, ser "la chica perfect" como me llamaban, y al final haber optado por una modalidad artística que nadie valora como importante y que no parece tener lugar en la sociedad es descorazonador. Con mi nota podría haber optado a la carrera que quisiese y elegí justamente un ciclo largo de ésta. Y he tratado de seguir por disciplinas semejantes pero al final es todo igual: ser otra pieza más de un sistema que no me gusta. Si fuera científica al menos serviría a los demás de otra manera.

Mi compañero fotógrafo del máster está convencido de que los artistas debemos existir para elaborar artefactos de felicidad que sirvan a otros, a los científicos y los abogados, los carniceros, los peones, las amas de casa, las prostitutas y cualquiera que los experimente. Pero yo no sé muy bien cómo hacer feliz a alguien yéndome así...

Sí que no me siento un fracaso completo y soy la mujer que quería ser para casi todo, no estoy corrompida en aspectos que creo fundamentales y tampoco he herido gravemente a otros, pero sí que es verdad que siento que el tiempo se me está escapando de un modo vertiginoso mientras sigo aquí parada lamentándome por la falta de oportunidad y no salgo realmente a buscarla o no la fabrico aquí, como sea. Y me empiezo a desmoronar y comienzo el ciclo insano de bloqueo.

Tengo que hacer algo ya, pero no sé el qué, y tampoco tengo dinero.

Pensaba en escribir que ayer fue noche de luna llena y no había nadie con quien pudiera compartirla en un banco, mirando al cielo, pero en realidad es lo mismo de siempre: no vale cualquiera conmigo ahí abajo.

No quiero morirme con este sentimiento de frustración y de impotencia, quiero arrancarme ya esta soledad como sea. Quiero estar rodeada de amigos, y de personas que me quieran, y poder quererles y que me dejen hacerlo. Sobre todo lo último.

2 comentarios:

  1. A veces hay que tener un caos dentro de si para poder dar a luz una estrella fugaz...No te rindas, sigue luchando por las cosas y las personas que te hacen feliz, y aunque percibas el transcurrir del tiempo, no te agobies si no estás consiguiendo de momento tus deseos, mientras tanto,se feliz con cada sorbo de aire que respires. Eres una persona que sabe disfrutar de las pequeñas cosas y de los pequeños detalles de la vida, y no todo el mundo es capaz de apreciar eso, por lo tanto, tu tienes mucho camino ganado en tu búsqueda de la felicidad.

    ResponderEliminar
  2. Vaya... conozco esa cita de Nietzsche, y la he tenido en cuenta muchas veces (tenía hasta una camiseta con ella). No sé si me conoces, me has dejado intrigada al firmar anónimo, pero suenas algo familiar. Gracias por los ánimos y también por leer.

    ResponderEliminar