sábado, 5 de febrero de 2011

Quemar después de leer

Si alguien nos mirase desde fuera se reiría pensando en lo estúpidos y predecibles que podemos llegar a ser, no siendo más que la causa, no sólo de nuestras circunstancias, sino de nuestros acontecimientos, nuestros miedos, traumas o inseguridades, que nos alejan aún estando cerca. La agudeza o el éxito tan sólo reside en la habilidad para comunicarnos; una diplomacia práctica, pero nunca se me ha dado demasiado bien, soy más de retórica u oratoria para salas.

No se puede estar cayendo siempre en el error de justificar estas lacras con los comportamientos ajenos, como si nuestra desdicha interior fuese un complot, ni se puede estar contínuamente alerta, ni analizando la intencionalidad de lo que no busca demasiados fines. Cualquier naturaleza sobre la cual recaiga un análisis o juicio contínuo pierde lamentablemente su cualidad intrínseca: la naturalidad. Todo el mundo fríamente tiene una idea de cómo ha sido, como es, y como puede llegar a ser, y no soporta una palabra que cuestione o contradiga su buena voluntad si es así. Cualquiera puede levantar la voz, si es preciso.

Antes de poner en duda algo, mejor asegurarse de conocer lo que ese algo significa, en qué contexto y cómo lo entiende esa persona.

Yo fantaseo expectativas todo el tiempo, y el día que deje de hacerlo será porque esté muerta. Si tuve un primer pensamiento, seguro que fue un deseo.


ESTO, todo lo que ESTO significa es lo único inquebrantable, el único compromiso estable, el único estímulo que no he olvidado, que no he dejado en la mesilla, que no he 'dejado para mañana', que me implica directamente, sí, desde el 28 de febrero. Y no es una fecha casual, como es obvio.

Nadie es culpable para justificar todo el tiempo su inocencia.


Todos podemos simplificar si queremos...
Podemos hacer casi cualquier cosa.

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