jueves, 10 de octubre de 2013

Círculos

Mi vida ha completado un círculo, justo el correspondiente a 2003-2013, diez años. Podría haber sido cualquier otro año y su correspondiente diez años después pero es justo ése. En 2003 terminé el instituto, empecé la universidad y comencé a relacionarme con los detonantes que han logrado protagonizar esta década. Al inicio de este curso se cierra, sintiéndome más adulta que aquella adolescente pero con muchas similitudes que han logrado dar coherencia a este proceso. Los fantasmas han muerto, las libretas se han agotado (justo la que guardaba desde ese año), las mentiras han caído por su propio peso, y hoy mis ojos siguen llenos de lágrimas pero no tienen ninguna venda. No le temo a nadie. Sólo puedo seguir creyendo en mí (que es lo único perdurable de este periodo), y ya está...

Quisiera regalarme los ojos de ahora a como era entonces y ver tan claras las cosas, y sin embargo también quiero poder volver a mirar mi futuro como lo miraba entonces: con la inocencia de las personas que no temen el fracaso, con la alegría de la inmensa juventud, de los sueños y las promesas que era imposible que fuesen mentira, y hoy... hoy todas aquellas palabras son falsas pero no las ilusiones y los sentimientos que crearon. Algo bueno tuvo que tener algo tan malo.

La realidad es el futuro apocalíptico de las películas de ciencia ficción de los ochenta pero sin naves ni replicantes. Es todo lo que no queríamos que fuera. Pero hay algo salvable: nosotros sí somos lo que queríamos ser, soy como quería ser, dentro de las circunstancias lo único que me inspira querer seguir es no haberme defraudado a mí misma.

El próximo círculo será duro, y no estará cualquiera, eso seguro.

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