martes, 6 de marzo de 2012

Mucho montón, poca excepción

Me encanta la gente culta, y la gente inteligente que explota su intecto para el beneficio de todos, pero hay tardes en que la sobredosis de gafapastismo, culturetismo y postgilipollismo se me empalaga tanto que hasta siento diabetes. Pero hoy es un buen día y no todo el monte es orégano.

Aparte de reflexionar un poco acerca de lo estúpida que resulta nuestra existencia gracias a la ya visionada y revisionada obra de Pierrick Sorin, recordar que nuestras alegrías son tan pocas que hasta tenemos que inventarlas y fortalecerme en la idea de que cuanto más simplifique más felíz viviré... siento realmente que cuanto más humilde se es más credibilidad se infunde. Me entusiasma la gente entusiasmada, sobre todo cuando esa gente tiene talento, cuando está informada, cuando investiga sobre sus intereses y construye su camino día a día. Tengo compañeros que son artistas con proyección en potencia.

Pero sólo voy a observar este mundo un rato más y admirarlo en el futuro para siempre sin tener que soportar la inmersión directa entre los que señalaba al principio, los que quieren vender la moto, y la gente que interesa algo. Supongo que la visión no es tan pesimista, pero este martes me siento cínica y puedo reirme un poco de todo.

Sorin me recuerda a Remi Gaillard, aunque supongo que el segundo es menos ortodoxo.

Cuantas contradicciones... personas que reivindican una formación seria en los centros artísticos y no colorear dibujos de Dora la exporadora y luego se escandalizan, rechazan o se ofenden por ilustraciones algo grotescas tipo Pica y Rasca en versión ultralight. Es mi impresión o ¿sólo vemos la paja en el ojo ajeno?. Hoy estoy con frases hechas, pero es que ¿cómo se puede estar criticando constantemente algo para que sea plural y luego querer censurarlo?. ¿Dónde está la capacidad de abstracción y de transformación?.

No voy a darle más vueltas, tampoco me interesa realmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario