jueves, 20 de septiembre de 2012

Lo intangible

Esta mañana he recorrido la ciudad tratando de encontrar un sitio barato donde revelar unas fotos. He recogido a mi prima del colegio, he comido, he dormido y poco más. Esta tarde he salido en busca de ingredientes interesantes, he ido con mi primo. Hemos salido a correr, y, aunque lleve mal la respiración, el cuerpo me responde. Igual podría mejorar. Al llegar hemos preparado la cena, humus muy rico. Hemos cenado juntos, todo vegano, con guacamole, alcachofas, aceitunas y demás. Luego hemos vuelto a salir a andar.

Todo el recorrido ha sido por la huerta, se nota la humedad en la piel. Dicen que el ejercicio físico hace que segreguemos endorfinas, y a mi me hacen falta unas cuantas. Sigo sin comprender por qué sucesos vanos pueden llegar a tener una repercusión tan catastrófica. En lo que a mi respecta suelen ser excusas para justificar otros. Supongo que me equivoco, pero tal vez no.

Nadie tiene el mismo prisma, y menos llegar a pensar que otras personas tengan que sentir igual. Pero sí, nadie se separa de las cosas que quiere sin más, es el resumen, de ser así es que lo primero falla.

Pensé mucho tiempo en eso de que los perfeccionistas son los que intentan algo una y otra vez hasta que lo alcanzan, y no es que para todo sea así, pero sé perfectamente cómo se produce ese proceso, cómo se ha materializado ese proceso, gente que funciona para todo de tal forma. Y no me ha importado nunca repetir.

Pero la verdad está ahí fuera, y no sólo lo dice Mulder, sin estímulo no hay respuesta y sin causa no hay consecuencia, y así como lo quieras llamar.

Demasiados ratos en el plano virtual, demasiado poco interés en el presente, muchas hipótesis, poco futuro. Ningún lazo.

Prefiero el silencio a hablar y que nadie me escuche, o ser predilecta sólo en lo indeseable.

Iba a citar unas líneas pertenecientes a George Orwell en su libro 1984, pero primero citaré la respuesta a mi anterior post suscitada en otro espacio:

Como los sentimientos son intangibles, a falta de palabras quedan los actos. Cuando no hay palabras y no hay actos simplemente queda la nada.

Y las palabras también son nada. Pero por muy intangible que sea el sentimiento, si existe se traduce en algo tangible, es algo natural.

Si lo intangible debe materializarse en algo como proceso natural y la respuesta en el proceso natural es una ausencia, entonces el intangible al que nos referimos no existe.

Y ahora, Orwell:

"Pero en este juego que estamos jugando no podemos ganar. Unas clases de fracaso son quizá mejores que otras, eso es todo".



Mi amiga independiente decía que cuando pierdes algo encuentras otra cosa... hoy he encontrado una pulsera.

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