sábado, 20 de octubre de 2012

De la monogamia o el privilegio del cuerpo

Es curioso como un mismo concepto puede ser una condena para unos y una aspiración para otros. Hace unos días en clase un compañero se asombraba al escuchar que algunas personas de las que estábamos allí nunca hubiésemos sido infieles, es más, se asombraba de que hubiésemos podido estar un año sin sexo o tenerlo sólo con personas conocidas. Decía que para él el sexo con la misma persona es aburrido y que la sola idea de pensar en practicarlo con el mismo miembro toda su vida le aterraba. Para mi la monogamia, aparte de no estar basada en eso solamente, ciñéndonos a este contexto, supone que cuanto más conoces a alguien mejor es la calidad en todo, y precisamente opino que en pareja es cuando más se progresa en este ámbito, que poco a poco se consigue derribar las barreras mentales de cada uno hasta llegar donde sea, o se quiera. Pero también comprendo que para otros esas barreras no existan o sean más fáciles de dinamitar con personas completamente extrañas, de las que no quieran escuchar ninguna clase de juicio ni constatarlo. Hola, adiós y fin, y todos contentos.

A mi me gusta bastante lo del privilegio del cuerpo, lo del uso y deleite exclusivo de ese cuerpo, de cederle el uso del mío a otra persona y es por eso que tiene sentido el que nadie más lo disfrute. Nunca una relación es igual a otra, y normalmente todo el mundo ha cedido su cuerpo antes de cedértelo, pero las situaciones recreadas no serán igual, las metas a cumplir o los deseos siempre varían. En parte es como quien alquila un piso, da igual de quien provenga, ni qué pasó allí, sólo importa lo que vayas a vivir en él a partir de ahora, todo será nuevo y tuyo. Así que es por eso que no le veo sentido a buscar más pisos cuando el que tienes te parece perfecto, aunque el baño y la cocina estén cerca o no tenga microondas; puede hacerte la persona más feliz del universo. Pero bueno... ya ni tengo piso, ni cedo privilegios, ni tampoco disfruto de ningunos, así que sólo escribo, que ya es bastante. Supongo que pienso en ello porque he pasado la tarde mirando fotos y veo tanto por hacer, poder ser y llegar a ser que no me explico cómo la gente está tan falta de inventiva, iniciativa y creatividad, cuando ni siquiera se necesitan herramientas. Lo más difícil de todo eso ni siquiera es la carne, sino la mente, y el poder desearla al mismo nivel que se desea lo que se observa es muy difícil. Es otra opinión personal, claro, ya que sí que lo prefiero; prefiero ceder el poder a quien merece ostentarlo y no a cualquier imagen ilusoria que desconozca. Ni siquiera en mucho tiempo llegamos a conocernos...

En fin, me pone triste, supongo que por mi edad. De aquí en adelante va a tener que importar mucho más mi personalidad que mi cuerpo, que cada día es menos joven.

Tengo que trenzar, coser y seguir, y dejar de pensar en amantes, pisos y años que ya no tengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario