jueves, 28 de octubre de 2010

No corras con una bestia detrás

Sólo vemos de verdad a alguien cuando somos conscientes de su fragilidad, de su fortaleza, y asímismo nos desnudamos nosotros, de la misma forma en que lo hace él o ella. Seguro que la memoria abarca este tipo de desnudo como uno de los que más nos enloquecen. No todo el mundo se despoja tan pronto de sus armas o sus escudos, pero suele haber siempre un momento en que se entreabre la puerta que muestra sus tesoros más internos.

Yo estoy aquí, soy todo lo que tengo. No voy a seguir corriendo, sólo quiero estar... sólo quiero permanecer... contigo.

Sí, la bestia es evidentemente el miedo, pero pesa, y estoy algo cansada. Es más fácil decir te quiero, abrazar y besar... si tan sólo me apetece hacerlo.


Baila baila... por si acaso llegase el ocaso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario