martes, 18 de mayo de 2010

Chapuceando

Pero a pesar de los buenos propósitos, de las pesadillas se pasa a los sueños en los que lo tenemos todo, y se cumple exactamente lo que interiormente deseamos, despertamos, y lo perdemos... Y la realidad no se ve tan positiva aunque salga el sol. El capricho de la mente. No sé bien donde se aloja el corazón en este esquema, ni porqué se sale siempre con la suya.

Tengo que ir arreglando lo que no está del todo bien, empezando por el diseño. Si lo aposté todo por empezar, no puedo estropearlo. No voy a quejarme del pasado porque es inútil, pero haber seguido con publicidad me habría beneficiado... como muchas otras cosas. Este curso podría estar terminando en Madrid... Pero sabía que no estaba preparada para abandonar la ciudad sola (y tampoco fue la idea nunca). Cosa que ahora, sería la mejor opción. No todo el mundo ha resuelto su futuro, hay mucha gente que como yo, está en ello. No tengo que agobiarme más de la cuenta, la vida es el camino. Trabajar a fin de cuentas es algo más. Tengo tiempo de vivir lo eventual, mientras apuro la juventud. Casarme y tener hijos se pierde de vista como expectativa, ahora sólo puedo pensar en vivir. Realmente tengo casi todo acorde con como quería tenerlo, en casa, en mi espacio personal. No necesito mucho más, sólo despegar, la ruptura que llevo deseando desde hace años, la independencia.

Igual que la belleza está en los ojos del que mira, la esperanza también.