He estado un tiempo condicionada por lo que pasa dentro de dos semanas: viaje a Ibiza, pero desde luego hay ciertas cosas que no me apetece pasar por alto y que, llegado el momento, comentaré como una persona seria y racional.
Si alguien alguna vez ha pensado que erigiéndose como salvador absoluto de la humanidad podía conseguir a la chica pelirroja, se equivocó, porque es precisamente la humildad del héroe lo que mantiene una admiración a largo plazo, a pesar de soportar la soledad que conlleva el acompañar a alguien tan especial. Desde luego si mis pretensiones fuesen mayores, otro gallo cantaría.
Tampoco repeticiones como que soy un elemento distorsionador hacen que piense que soy vista como alguien a quien tener en cuenta. Es más, no siento que se valore nada en mi personalidad, soy más bien un objeto de compañía. Penoso, en cierta forma, sobre todo por lo que desprendo, y huyo ferozmente de la pena, pero cada uno es libre de perder el tiempo y distraerse con quien quiera, ese no es mi problema, de hecho, jamás ha sido mi pretensión interferir entre la inspiración divina y los que se sienten 'elegidos'... y ya he conocido a un par antes.
Hay personas que no sólo llevan una venda en los ojos y un candado en el cerebro, es que además no se los quieren quitar, y van todo el tiempo de que sí, pero en realidad no, y nadie aporta algo suficientemente bueno nunca en lo que ellos no hayan pensado. Sinceramente, tanta "perfección" me cansa, no son nada perfectos... y no puedo derrochar una aprobación gratuita si no estoy de acuerdo.
Puedo ser muy cruel al explicar las cosas, por eso hasta ahora no he propiciado contestaciones demasiado incendiarias, también porque aspiro a disfrutar el momento, y aprender algo aunque los demás no quieran saber nada de mi. Es igual, no estoy buscando reconocimiento, ahora sólo quiero vivir, ya ni siquiera persigo una meta clara, sólo quiero ahorrar, operarme si llega el momento y vivir en Madrid, y desde allí a todas partes en vuelo directo o en metro... como en mis sueños. A llegado un punto en el que lo que antes tenía sentido sólo acompañada, ahora puedo hacerlo perfectamente sola o junto a alguien que irrumpa de repente y sea tan loco de acompañarme sin conocerme de prácticamente nada.
Me tomo esto igual pero aquí en la ciudad, y en septiembre veremos.