viernes, 1 de febrero de 2013

Mejor vete a otra tienda

Ayer fui a Julián López tejidos y telas, Murcia (www.julianlopez.es), por si acaso alguien hace una búsqueda. Llevaba pantalones anchos, chaquetón largo de cuero (auténtico) el resto lo normal, camiseta y sudadera. Me gasté 14.09€ en telas, muchas eran de las rebajadas. Al llegar a casa las miro y una estaba completamente manchada, salpicada de a saber qué sustancia roja o similar. Me cuesta echar el viaje esta mañana. Chaqueta de piel sintética, camiseta de los "angry birds", pantalón vaquero negro, pelo limpio. Me dirijo al vendedor que ayer al cortar la tela se daría cuenta perfectamente de que estaba inservible y aún así me la puso en la bolsa mientras seguí eligiendo. Tengo que esperar. [He de mencionar que cuando empiezas a elegir telas de las que no son a 40€ el corte o no llevas abrigo de piel de visón te hacen esperar y atienden a la del abrigo antes que a ti]. Esperando llega el que supongo que es el jefe, hijo del jefe o no me importa saber qué parentesco o posición tiene en la empresa esa persona. El caso es que me pregunta qué quiero, le digo que devolver la tela. Por supuesto, tenían que revisar la pieza para ver que las manchas no se las había echado yo (porque una persona se recorre media Murcia habiendo manchado a propósito un metro de tela de 0.99€ el corte sólo para que le devuelvan el dinero, claro). El caso es que revisan y ven que la pieza está vergonzosa. El tipo me dice que elija otra. Le digo que una cosa es que las telas tengan descuento, otras que sean saldos. El personaje entra en cólera y se dirige a mi increpándome y diciéndome que si estoy diciendo que las telas están taradas (poniendo palabras en mi boca que no he dicho), le digo que no he dicho que todas estén taradas pero que ésa en cuestión no está para venderla y que quiero mi dinero. El individuo me dice que entonces él mismo me hará la devolución, que le de el ticket. Saco el ticket, ve la cantidad de motes que me llevé, ve que no soy una cría de 17 años, ve que la ha cagado con un cliente objetivo. Redacción de nota, disculpa número uno, sigue escribiendo; término de redacción de nota, indicación de dónde estaba la caja, disculpa dos. Voy a la caja, entrego la nota. El tipo había escrito , 99 con una coma tan sumamente alargada que parecía un 1. Reintegro de 1.99€ a mi favor, el trozo inicialmente costó 0.99€. He cogido el importe sin contemplación, me he dirigido a la salida; el vendedor que ayer amablemente echó en mi bolsa el trozo tarado me sonríe y me dice: hasta luego, gracias. Salgo de la tienda.

No me parece una victoria aunque lo sea por muchos motivos. El viaje que he tenido que hacer expresamente desde mi casa no es comparable al prejuicio que he tenido que soportar y la tensión por reclamar el último céntimo simplemente por cómo me ha hablado el pseudodueño o lo que sea esa persona tan mal educada, con tanta hipocresía, que a la mínima de observar su error se ha bajado los pantalones. La gente, por mucho dinero que tenga o mucha posición no puede subestimar a las personas que le dan de comer, que son el sustrato para su negocio. No digo que el final no se haya resuelto, encima a mi favor, pero desde luego si puedo evitarlo no compraré jamás en esa tienda, por muchos modelos o monopolio que tengan en Murcia.

Pero he aquí la mejor recompensa por la que amo este medio y la libertad de expresión. Pon en el buscador: Julián López telas